Si, al fin el realizador de Chicago ha regresado a nuestros cines después de demasiado tiempo sin tener otra cinta en su filmografía. Y es que esta vez ha tardado 6 años en tener lista Blackhat. Una espera prolongada que no beneficia el resultado final. Blackhat contiene alguno de los puntos fuertes del cineasta que en la pantalla se traduce como oro fílmico pero también otros momentos dónde la dispersión se hace dueña de la cinta y la diluye hasta cotas insuficientes. Y eso da al traste con un film que plantea una temática pero no acaba de desarrollarse, sobre todo por culpa de un libreto y alguna decisión de reparto cuestionable.
De lo segundo, el quid no es un hecho colateral. A día de
hoy, creo que Chris Hemsworth no ha demostrado ser algo más que una cara bonita
y aquí el esquemático rol depende de alguien capaz de elevar el nivel del mismo
con su capacidad interpretativa. El actor de Thor no da la calle y eso condena
al film a estar protagonizado por un personaje hueco, estereotipado y de
interés cero. Tampoco es que Viola Davis o Leehom Wang tengan mucho más margen
de maniobra en sus roles pero al menos demuestran mayor capacidad para
subvertir la unidimensionalidad de sus personajes. Sin duda, la mejor a pesar
del también del papel constreñido es Wei Tang, como la chica y principal socia
del apolíneo protagonista.
Elementos como el tema núm 1 del film. Aquí como no sabemos discernir qué grado de verosimilitud esta tratado el tema principal (tampoco es indispensable para disfrutar el film), nos lo tendremos que tragar sin acritud. Y es que amigos, lo que sí es importante y el film no hace es hacernos entender de qué va todo esto de líneas de código, logins y esas cosas. Exacto. El tema tecnológico está representado de forma muy pero que muy densa. Y eso es otro escollo descomunal ya que al no tener anclaje con los personajes por su simpleza, si la jerga informática es sólo para muy especialistas en el tema... ¿que nos queda? Si, las imágenes portentosas de Mann filmando conexiones USB y rascacielos orientales; así como el par de escenas y golpes de efectos de una trama que de centrarse como lo hace en su excelente prologo y la última media hora podían haber sido muy grande.
Al menos Mann sigue filmando a las mil maravillas aunque cambie de director de fotografía en cada cinta y sigue teniendo las secuencias diurnas de acción como deuda pendiente (no es que sean malas, pero si son netamente inferiores a las nocturnas). Lo mejor de Blackhat es que el director no ha perdido ápice de virtuosismo y sello en la dirección así como riesgo y eso es la mejor noticia para el cine de Mann, donde incluso films tan flojos respecto a su obra como este, siempre tienen algo diferente que ofrecer.
NOTA: 6
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