Sin embargo, la primera vez que los Coen no dirigen uno de
sus guiones el resultado esta curiosamente más cercano del único film dirigido
por ese tándem con guion ajeno: Crueldad intolerable. Una revisión de la
screwball comedy de los años 30 con elementos puramente "Coen" pero
demasiado convencional en su desarrollo para el estilo de estos hermanos. Una
obra resultona pero menor. Igual que este GAMBIT que no pasará a la historia.
Gambit o un Plan Perfecto como su nombre indica es una película
de atracos con tono abiertamente cómico.
Nada nuevo bajo el sol. El subgénero está lleno de esos film de brillantes
estrategas que ejecutan su plan como trileros consumados (o no tanto). Esta es
la opción que opta esta película donde Harry Dean intenta estafar a su odioso
jefe. Un gran Colin Firth que es de largo, lo mejor de la función.
El actor inglés realiza un personaje heredero de los que
realizó Peter Sellers con Blade Edwards, un patán que recibe siempre el pastel
en la cara y resbala con la cáscara de plátano. Aunque en esta ocasión es un
pusilánime muy british y con una extraña elegancia en su modo de interpretar
ese personaje tan físico que lo convierte en un gran personaje gracias al
trabajo de Firth. Cuesta pensar una elección mejor.
Sin embargo, el resto del elenco está discreto. Desde un
casi testimonial Stanley Tucci pasando por un Alan Rickman pasado de vueltas y
una Cameron Díaz en modo Cameron Díaz por muy ranchera que sea su personaje. La
californiana tiene vis cómica pero está encasillada y hace lo mismo de siempre.
Necesita un cambio de registro urgente para revalorizarse.
Por lo demás, un guión con algunas (pocas) sorpresas, bien
narrado por Hoffman con momentos realmente divertidos ( la secuencia del hotel
básicamente) pero todo es muy convencional. Al verla, sin ser un mal film, uno
realmente entiende porque los de Minnesota no se han sentado en la silla de
director. Es un
Coen muy menor y de ellos esperamos más, MUCHO MÁS.
NOTA. 5,5
NOTA. 5,5
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