La película
se compone de seis historias interrelacionadas y entrelazadas que llevan al
espectador desde el Pacífico Sur en el siglo XIX, hasta un futuro
post-apocalíptico. El film defiende una idea muy común en la filosofía new age:
la reencarnación existe y vivimos múltiples vidas pasadas desde el principio de
los tiempos y cada vida presente estará de algún modo relacionada con el pasado
y lo estará en el futuro. El conductor no cambia pero si el coche.
Independientemente,
que se crea o no las creencias del film estamos delante de un espectáculo tan
apabullante como inaudito. El director de " The Internacional" y los
creadores de Matrix casi logran la película imposible: una ova de acción real a
lo Magnolia, en formato de libro de filosofía de autoayuda. Densa pero
ingeniosa y que entretiene a lo largo de las 3 horas que dura. Porque aunque su
continua voz en off chirria un poco y la complejidad del relato es mas
enrevesada que el Sueño Eterno de Howard Hawks, estamos ante una obra dinámica
y fascinante que funciona con aciertos inusitados; huyendo del maniqueísmo y el
sermón ( no como la vida de Pi, por ejemplo)
¿Y
cuáles son esos logros? Pues, primero de todo un sentido del humor y del auto
parodia que en Matrix estaba exenta; pero que aquí funciona con momentos tan
locos como arriesgados que mejor no destripar a los espectadores. Sólo diré que
hace imprescindible la galería de caracterizaciones de los actores
interpretando diferentes papeles en diferentes vidas; aspecto que convierte el
film en un festival imprevisible que personalmente me dejo atado en la butaca.
Y también su
fluidez antes citada. Algo que le hace muy difícil de seguir para el espectador
pero la convierte en una montaña rusa de géneros cinematográficos que funciona
por contraste. Véase que cóctel más variado: Una historia futurista que
bebe de Mad Max, el Apocalypto de Mel Gibson con MacPhisto incluido. Un relato
ubicado en el Sur del Océano Pacífico de 1849 que mezcla Amistad con Misery.
Una Downton Abbey con toques a lo Brockeback Mountain y Amadeus;
protagonizada por un joven músico inglés con los rasgos de Ben Wishaw. Una
comedia geriátrica con tintes de road movie a lo Blues Brothers. Una Akira en
imagen real en toda regla con tintes a lo Zhang Zhimou...
Eso y mucho
más es lo que intenta ser esta película. Como he dicho, algo imposible. Y es
cierto que no lo logra pero está muy cerca. Me hubiera gustado que cada pieza
hubiera tenido más personalidad. Por ejemplo: que la parte ambientada en Neo
Tokio recordara al Katsumo Katsuhiro que firmó la obra cumbre del manga
anteriormente mencionada. Pero es sólo caligrafía cinematográfica. Todo está
filmado con el mismo brío y los mismos códigos; ya estemos ante una vida con
trama setentera al estilo " Los 3 días del cóndor" como a otra con
una premisa que hubiera hecho las delicias del reciente Spielberg y su Lincoln.
En definitiva,
una gran obra de cine arriesgada pero interesante. Díficil de definir y una cinta de digestión tan compleja, que me resulta casi imposible valorarla en un primer visionado. Esta nota que le pongo es orientativa; la iré descubriendo a lo largo del tiempo. Pero lo que si etoy seguro es que Cloud Atlas, es un caramelo visual envuelto
en un diseño de producción, una caracterización de los personajes y una banda
sonora oscarizable. Pero también una cinta mas ingeniosa que excelente, más
simpática que excelsa. Ganará con el paso de tiempo, con múltiples visionados y
será un film de culto y la más infravalorada del año. Es mi apuesta para el
futuro. Y creo que la defenderé tanto en esta vida como en la futura.
NOTA: 7
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