Año
1979. Poco después de la revolución iraní que condujo a la expulsión del
Sha de Persia, un grupo de militantes asalta la embajada estadounidense en
Teherán por su apoyo al régimen anterior. Seis diplomáticos estadounidense
lograron escapar y refugiarse en casa del embajador de Canadá. Con su ubicación
bajo secreto ante la opinión pública iraní, la CIA se vio obligada a planear
una arriesgada misión de rescate antes de que los rebeldes descubrieran el
paradero de los fugados. ¿Y que plan idearon? Hacer pasar a los 6 funcionarios por
miembros del rodaje de una película ficticia de ciencia ficción llamada ARGO.
Parece mentira, ¿verdad? Pues sí, a veces la realidad supera a la
ficción y ese en uno de los casos. Y para eso, el director de Boston aparca su
ciudad natal para hacer un film político pero para el público. Que huye del
maquineísmo y abraza el entretenimiento de calidad. Una película que roza la
maestría en muchos momentos pero en otros...Ben Afleck nos demuestra que es su
tercera película.
Si,
amigos. El Daredevil del cine llegará a ser uno de los grandes, y motivos no
faltan tanto en este film como sus dos films previos ( Adiós Pequeña Adiós y In The Town). Pero también coincide en los citados en que aunque el film tenga momentos propios de auténtico maestro del cine, hay otros en que
solamente son mas bien de alumno solvente y aplicado. Se puede detectar que el director
no sabe dotar el brío de las escenas de despacho y a veces infrautilizada el
diálogo cuando con su poderío visual ya remarca lo suficiente el significado de
las escenas. Y eso queda reiterativo en algunos casos.
Así pues...¿ nos encontramos ante un film fallido? Ni mucho menos. Pero si es menos de lo que podía haber sido y no es la obra maestra, al menos para un servidor, que mucho han visto. Si tuviera que resumir el devenir de la cinta de este Argo sería el siguiente:
Dividida
en 3 actos y un epílogo, contiene una primera parte, la expositiva, algo
confusa y floja. La segunda, es más divertida y mejor narrada, una Entourage
Old School con grandes Alan Arkin y John Goodman donde conocemos entre bastidores el mundo del cine de serie Z. Y la mejor, la más grande y
magistral el hitchcockiano segmento final (Esa parte es de lo mejor del año, a
la altura del tsunami de Bayona, por ejemplo) Lástima de su epílogo desganado y
su nula capacidad de autocrítica, que convierten este Argo en una obra
destacable pero algo irregular. Eso si que se me escapa. ¿Porque Argo no introduce una mísera escena para evitar polarizar tanto los bandos? Si cree que la intro la redime es muy ingenuo. Productos mucho mas palomiteros han hecho mas autocrítica que un relato que lo pide a gritos. No es necesario irse al otro extremo para hacer del cine político un Big Mac de multisalas.
Pero bueno, quedamonos con lo que es, una gran obra de cine y la muestra de que otro cine político es posible. Un Misión Imposible mas Munich y un lema para la posteridad: ¡ARGODERSE!
Pero bueno, quedamonos con lo que es, una gran obra de cine y la muestra de que otro cine político es posible. Un Misión Imposible mas Munich y un lema para la posteridad: ¡ARGODERSE!
NOTA:
7
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