Bienvenidos
al show de los 4 jinetes: el mago Daniel Atlas (Jesse Eisenberg), la
ilusionista Henley (Isla Fisher), el mentalista McKinney (Woody
Harrelson) y el principiante ratero-mago Jack (Dave Franco). Un cuarteto
que, en su show inaugural en Las Vegas, con la ayuda de una persona del
público, roban un banco en Francia y reparten el dinero entre el
público presente en el espectáculo. Así se da el pistoletazo de salida a
una cacería en contra de ellos por parte del FBI y la Interpol, con el
oficial Dylan (Mark Ruffalo) y Alma (Mélanie Laurent) a la cabeza y en
el que un desenmascarador de magos encarnado por Morgan Freeman también
estará en el ajo.
El film empieza como un tiro. Después de presentarnos a los personajes con una abertura de reclutamiento al estilo Diez Negritos y de montar su primer gran golpe, el FBI entra en escena. Es ahí donde el film empieza a construir su entramado argumental en los engaños perpetrados por estos pícaros encarnados con gran acierto por Jesse Eisenberg, Isla Fisher, un divertido Woody Harrelson y un Dave Franco que se marca una set piece de acción para el recuerdo.
Sin embargo, a medida que avanza la trama empiezan a divisar ciertos problemas que no tendrían importancia si en la parte final no le estallaran al espectador en la cara. Estoy hablando de la relación de los personajes de Dylan y Alma en detrimento de los magos protagonistas, mal desarrollada y tópica a pesar de los esfuerzos de los solventes Laurent y Ruffalo. Cuando el libreto falla, poco pueden hacer los intérpretes para salvar los muebles. Incluso cuando tenemos en una trama secundaria a dos pesos pesados como Michael Caine y Morgan Freeman, quienes llenan la pantalla y captan nuestra atención cuando aparecen.
Pero mientras el film dura, resulta tan ágil que pasa en un suspiro. Y luego llega el giro final. El que te explica toda la cinta y el que te da toda su coherencia. Y sin desvelar nada, podemos decir que el castillo de naipes se derrumba en un giro sorprendente pero ilógico que, para este crítico, perjudica el conjunto. Y que lo convierte en un film de usar y tirar que poco resistiría un segundo visionado. Una lástima aunque como "piña colada" para el verano está muy bien...Es un buen truco de magia aunque con un truco final demasiado tramposo.
NOTA: 5
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