Año
2022. El régimen político vigente, llamado Nueva Fundación de los padres de
América, ha decidido como medida de catarsis social implantar " La
Purga": una regla por la que una noche de cada año se puede cometer
cualquier crimen, incluyendo asesinatos y violaciones, sin tener que hacer
frente a las consecuencias ni responder ante la justicia. Un interesante punto
de partida dirigida y escrita James DeMonaco que sin embargo, no sabe
desarrollarse de forma satisfactoria más allá de su idea inicial. Si, bajo el
prisma de este humilde cronista estamos ante un film fallido.
Después
de presentarnos horas antes de la noche fatídico a los personajes protagonistas
de la historia: la familia de James Sandin, un empresario afortunado que
gracias a los frutos que le ha dado el negocio de la seguridad para el hogar está
pensando en si comprarse o no un yate con garaje para el coche. El resto de la
familia lo compone una madre casera, una adolescente algo rebelde y un niño
freak y algo " ingenuo". Es decir, estereotipos defendidos por cierta
solvencia sobretodo por sus actores más veteranos (Ethan Hawke, Lena Headey). Lo que en
principio iba ser una noche relajada encerrada en el confort de su casa súper
segura se convierte en una suerte de Funny Games llena de pólvora y máscaras de sonrisas
diabólicas.
Y
es que el mayor problema de la cinta, es que a parte del film de Haneke el film
recuerda a otras historias que intrusos que entran en una casa como pueda ser
la Habitación del Pánico de David Fincher o la española Secuestrados, cuyos
lugares comunes fueron mucho mejor explorados que en esta ocasión. El
envoltorio de tensión funciona hasta que nos damos cuenta lo mucho que sufre el
film en llegar hasta los 85 minutos de metraje; con situaciones previsibles,
sustos "anodinos", situaciones absurdas y reiteraciones de manual.
Es una lástima
porque la idea inicial daba mucho juego pero no han sabido exprimir ni un 1% de
sus posibilidades. Lo mejor es la previa al detonante de la trama donde se
expone las circunstancias sociales y se debate aunque de forma superficial la
finalidad de esa purga como elemento "necesario" para una sociedad
autoconsciente de su violencia innata como ser humano. Y también lo es la
cínica pero muy pertinente coartada de
hacer limpieza en un planeta súper poblado donde las clases más bajas que no
contribuyen a la sociedad, necesitan ser eliminadas para prescindir de lo inútil.
Pero todo esto se diluye al empezar la acción y cuando suenan las sirenas que anuncian el final de
purga, el resultado está lejos de ser satisfactorio. A ver si el año que viene (o mejor
dicho la secuela de rigor) nos deja mejor sabor de boca...
NOTA: 3
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