De la mano de la empresa francesa llumination Entertainment, nació Gru, un antihéroe que seguía la estela de Shrek donde se humanizaba el arquetipo de villano a favor de darle un aire renovado al cine de animación. El personaje sobretodo centraba sus recursos cómicos en el slapstick cartoon, servido en un cóctel entre el Coyote con inventos marca ACME aderezado en unos seres amarillos que beben de los Pitufos de Peyo y de los Gremlins de Joe Dante; así como el mundo del James Bond mas kitsch.
Eso sin dejar de lado el sentimentalismo y el mensaje tradicional del cine infantil de los valores familiares, que se beneficiaba de unos roles con vida propia y matices; que además también buscaban conectar con un público amplio como padres, hermanos mayores o abuelos.
El resultado para este crítico fue un buen film de animación, aunque lejos de sus posibilidades. Un film interesante como presentación de un universo con potencial; pero con unos gags mas correctos que brillantes unido a cierta previsibilidad y una sensibilidad a veces demasiado empalagosa. Así pues, Gru 2 era una buena oportunidad para los directores Pierre Coffin, y Chris Renaud de limar ciertos aspectos y ofrecer algo más con “gancho”. Y por fortuna, creo que no han desechado la ocasión. Gru 2 cumple el cometido de toda secuela: es el doble de espectacular. El doble de entretenida. Y el doble de divertida.
El
argumento es el siguiente: Ahora que Gru ha dejado atrás una vida
dedicada a las fechorías para criar a Margo, Edith y Agnes, dispone de
mucho tiempo libre para disfrutarlo con ellas, el Dr. Nefario y los
minions. Pero, justo cuando empieza a adaptarse a su papel de hombre de
familia (y fabricante de mermeladas), una organización mundial
ultrasecreta dedicada a la lucha contra el mal llama a su puerta para
una peligrosa misión: descubrir quién es el responsable de un
espectacular crimen y llevarlo ante la justicia.
NOTA: 7
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