Sin duda, James Gray es unos directores más “clásicos" de los últimos años. Mientras otros cineastas se mueven en códigos narrativos mas propios del cómic o del videojuego que del séptimo arte; el director de " La Noche es Nuestra" apunta hacia las raíces del cine, y más concretamente, del melodrama noir. Sus rasgos significativos són: un gran dominio de la cámara, la dirección de actores y esa complicidad con la historia en formato contenido...Así es James Gray, pero sea cual sea la propuesta de este director como apenas un póker de cintas, siempre ha encontrado en sus largometrajes con una carga de verdad, una verosimilitud de un autor que nunca ha escondido su grado de implicación personal y pseudo autobiográfico en sus propuestas. Porque aunque James Gray, por ejemplo, no ha sido policia, si se ha criado en las calles que aparecen en sus primeros films en la década de los 70, 80 o en la actualidad. Pero como podréis suponer, en el año en 1921 dónde transcurre " El sueño de Ellis" aún no había nacido...
Y ese es uno de los principales problemas.
Gray intenta hacer suyo un mundo ajeno con resultados irregulares con una
historia llena de luces y sombras que respira gracias a su trío
protagonista; en especial por una SUBLIME Marion Cotillard. Pero la
película que sueña ser la parte de Vito Corleone en el Padrino 2, sólo consigue
esa asociación con su protagonista en momentos puntuales; dónde el proceso
interno de nuestra heroína dialoga con el director de "Two Lovers",
como solo hacen los grandes directores.
Pero es que aquí, los actores parecen
abandonados por su escudero a diferencia de anteriores ocasiones. Phoenix tarda
demasiado en destaparse y Renner está muy desaprovechado como mago encantado de
conocerse, a pesar de que llene la pantalla en cada aparición. Otro gran
hándicap es un desarrollo confuso y apático; que no profundiza en una evolución
de los caracteres de forma sólida y origina una desconexión con la odisea de la
protagonista; con momentos forzados que hacen precipitar la acción. Y aún peor,
soluciones narrativas reiterativas y tan defectuosas como el exceso de fundido
en negro.
NOTA: 5,5
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