De Solferino a Islandia pasando por Austria hay un trecho. Pero nosotros
vamos a hacerlo para inaugurar la última semana del Festival Online. Un tour
desigual, por otro lado, ya que descompensa un poco la magnífica racha de
títulos más que satisfactorios que estábamos llevando. Pero que empieza muy
fuerte con un portento de cinta dirigida por Justin Triet...
Estoy hablando de La Batalla de Solferino, un film no indicado por personas
por estrés. Domingo 6 de mayo del 2012, día de elecciones en Francia. La
segunda vuelta entre Sarkozy y Hollande promete disputarse voto a voto. La
calle Solferino de París es la muestra de una sociedad tan expectante por el
resultado electoral como histérica por sus pasiones enfermizas. Unos
sentimientos tan neuróticos como el que desarrolla una de las periodistas que
cubre el evento: Laeticia, que tendrá que tener un ojo puesto en el hecho
histórico que se está efectuando en directo y el ex desquiciado reclamando ver
a las niñas. Simplemente, aparte de interpretaciones, ritmo, guión, banda
sonora (Dead Man's Bones, el grupo de Ryan Gosling cuyas notas están usadas
sabiamente) que son de 10... ¿Alguien me puede explicar cómo se puede rodar una
película en tiempo real cuando está ocurriendo el hecho en el justo momento de
la filmación; más aún con la marabunta que representa todo el
acontecimiento?Sólo puedo aplaudir. Sólo en el epílogo donde el experimento
llega a su reflexiva conclusión, quizá le hubieran sobrado un par de minutos
pero no nos ponemos quisquillosos: Oh, Mon Dieu! Peliculón.
“Creo en el santo dinero, en la comunión de los bancos, en el pago de
intereses y en los activos eternos. Amén”. Así se presenta Soldate Jeannette,
la llamada Thelma y Louise indy directamente desde de Austria. La idea promete
pero en cuando empieza el metraje y prosigues en él, te das cuenta que 80
minutos pueden ser muy largos. Para empezar, que esos planos lejanos sólo crean
más distancia entre film y espectador. Que el ritmo que inyecta Daniel Hoesl es
apático y todo resulta plano, sin gracia y con dos personajes odiosos con ganas
de caernos bien por su incorrección pero que en mi persona no conectaron en
ningún momento. Que el presunto humor no funciona con un ambiente tan
gélido...¿De lo más flojo del certamen? Para este humilde crítico, sin duda la
respuesta es sí.
Y acabamos con una ligera decepción. Uno de los films que se me escapó de
la anterior edición del Zinemaldia, fue el dirigido por este hombre, que entró
a recoger su premio rechinando como un caballo: Benedikt Erlingsson. Un film de
humor esquivo con diferentes historias muy bien rodado que nos muestra el
costumbrismo islandés y se centra en la especial relación que el hombre tiene
con los caballos. Las secuencias con los animales y la plasmación del paisaje
islandés son muy destacables y la cinta es interesante y se ve con agrado. Pero
a mitad del film uno acaba pronosticar que el film se quedara en eso. Hay
cierta reiteración en ideas y estructura en una cinta que su palmarés (en los
que incluye el premio de Nuevos Directores del Zinemaldia,) puede que le vaya
algo en contra. Demasiadas expectativas, si. Desdeñable, en absoluto. Un film
solvente es este Of Horses of Men con el que acabamos esta ruta pero ni mucho
menos terminamos con las crónicas (aunque queden pocas). Así que seguiremos
informando.
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