Sinceramente, pensaba que después del magnífico final de la séptima, esta saga debía terminarse. No solo por la desaparición de unos de los puntales de la franquicia (Brian Connor encarnado por el triste finado Paul Walker) si no por el resultado global de la séptima entrega: Su ritmo sincompado, la dirección de James Wan, sus set pieces alocadas, los onliners de sus personajes…En definitiva, un cúmulo de elementos que la convertian en la mas redonda de una franquicia de lo mas longeva. Para mas inri, el tráiler no me invitaba a ver esta entrega. ¿Dom se vuelve malo? ¿Se habían agotado las buenas ideas tras el paso del director de Saw a la saga?
Por fortuna eso no es así. A todo gas 8 demuestra que la saga sigue en forma a todos los niveles, incluso cuando sus puntuales dejan la primera línea. Porque esta película tenía que afrontar el reto de cubrir el hueco no sólo de Brian O’ Connor, si no también el de Toretto, que esta alejado de su equipo por circunstancias del guión. Y no solo justifica con acierto sus giros (algunos mas que otros) sino que hace que los suplentes salva la papeleta con gran solvencia, a pesar de que eso sí, la presencia del aglutinante del mismo se eche en falta. Así pues, lo que menos me ha gustado de A todo gas 8 es que en las escenas de grupo todo el mundo va “ a su bola” por muy bien que lo hagan todos: Statham, Rusell, Gybson, e incluso The Rock son piezas que suman pero nunca serán tan imprescindibles como Vin Diesel, la imagen por excelencia junto a Paul Walker de la saga.
Quizá aquí habla el seguidor de la franquicia (de la cual me considero como tal aunque su mundo me sea ajeno ya no tenga ni idea de coches). Pero desde la primera entrega la química entre Walker y Toretto junto al concepto de familia en una épica urbana y tuneada ha sido siempre la esencia de este placer culpable. Y por mucho que, por ejemplo, Statham o Dwayne Johnson nos regale momentazos en esta haciendo lo que mejor saben hacer o Helen Mirren casi robe la pelicula en sus apariciones, los originales siguen siendo pieza clave. Sin embargo, dicho esto, me reafirmo en cómo los suplentes, el cada vez mejor empaque de la saga y esa idea de macro-proyecto tan bien orquestado desde su semi-reboot en la 4ª entrega, hacen una de las entregas mas conseguidas de la saga (por detrás de la 1 y la 7 y quizá la 5 per allí está). Buena noticia porque es sinónimo siempre de diversión: Loca, autoconsciente y surrealista diversión ya que pocas sagas tan largas mantienen el nivel tras tantas películas y siguen siendo tan hiper-entretenidas.
NOTA: 7