Hoy tocaba inagurar la jornada con otro menú infantil. En este caso con Zipi y Zape y el club de la canica, de Oskar Santos. Unos Harry Potter más Goonies y pulp que los de J. K Rowling, que reformula la mitología del tebeo de Escobar en un espéctaculo infantil, que sobre todo va destinado a los mas pequeños de la casa. Buena factura, ritmo vertiginoso, en especial en el último tercio y una falta de pretensiones acaban por hacer funcionar este más que solvente film que poco tiene que envidiar al mainstream USA.
Aunque quien ha hecho emocionado a la platea es el film del japonés Hirokazu Koreeda y su Like Father Like son. Es cierto que le sobran unos minutos de metraje, pero la delicadeza, la ternura, la inteligencia y, sobre todo, la humanidad es lo que desprende esta magnífica pelicula, que ya dejó a Cannes rendido. Los kleenex circularon en el Victoria Eugenia gracias a esta conmovedora historia. Ryoata, un arquitecto obsesionado por su trabajo, forma con su joven esposa y su hijo de 6 años una familia ideal. Su vida surge un revés cuando la maternidad del hospital, donde nació su hijo, les informa que dos bebes fueron cambiados: El niño que crió no es el suyo y su hijo biológico ha crecido en un medio más humilde. Una historia sobre los valores y la familia que se llevó el Premio del Jurado en Cannes con toda justicia. Hemos tenido el placer de hablar con su director y nos ha explicado el carácter autobiográfico de la cinta y cómo ha jugado en el rodaje para plasmar la espontaneidad que los niños reflejan en la pantalla. Asimismo, nos confiesa su creencia de que el cine asiático cada vez tiene menos repercusión en el mercado internacional. Bastante sorprendente, teniendo en cuento el éxito de Cannes de su última obra y A Touch of sin de Jia Zhangke. Pero la mejor noticia es que este hombre tranquilo tiene 5 proyectos en mente y que su cine seguirá esa senda autobiográfica y familiar que ya empezó en Still Walking. Esperaremos con ansias sus propuestas.
Y si ayer, os comentamos The Zhero Theorem, hoy seguimos porque esta tarde tuvimos el honor de entrevistar a su director: Terry Gilliam. Además de hablarnos de su última obra, la cual nos ha explicado que se filmó muy deprisa y de forma analógica, nos ha contado que lo que mas le motiva en la vida es hacer peliculas "excepto cuando está haciendo una". Añade que le gusta la controversia que suscitan sus cintas porque eso es lo que pretende. Hacer algo mas que "peliculas majas," que es lo que Hollywood acostumbra a realizar. Gilliam define el film como" un vinilo", puesto que ha huido de la digitalización de la que hizo gala en sus últimos como el Imaginario del Dr Parnassus. Y sigue teniendo en mente su añorado proyecto de Don Quijote...
Después. fue el turno de las Brujas de Zugarramurdi. El Álex de la Iglesia mas grotesco vuelve para organizar un aquelarre dispuesto a conquistar la taquilla española. Despues de una fantástica primera hora, el film se acaba desinflando por sus propios excesos, pero estamos ante un gran divertimento marca de la casa que en sus mejores momentos combina salvajismo, humor atinado y frenesí con gran maestría. De la Iglesia ha hecho reirse la sala a carcajadas aunque cuando el aquelarre se pone en marcha ha acabado helando esas mismas sonrisas. Si es lo que pretendía, el director vasco lo ha vuelto a hacer. Una gran día de cine temina. Seguiremos informando
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