Ayer asistimos a la rueda de prensa de Caníbal, donde su director, Manuel Martín Cuenca, presentó su film en el Kursaal después de convencer en su pase de prensa en el día anterior. Su director nos explicó que la sinfonía de silencios del que se compone el film se basa en la pintura, máxima fuente de inspiración de su cine. Sobre su personaje, Antonio de la Torre, aparte de bromear sobre si sigue "tomando carne" nos dijo que una de las cosas más importantes para poder crear su personaje era que "necesitaba sentirse sastre". Otra de las perlas que soltó el actor andaluz fue acerca de su forma de afrontar sus papeles" Yo trabajo desde el alma". Recordamos que la cinta es una de las candidatas a representar a nuestro país en los Oscar.
Pero lamentablemente no todas las "perlas" de este festival relucen como su nombre indica. Porque también tenemos que hablar de una notable decepción: la ganadora del Oso de Oro de Berlín, La Postura del Hijo. La historia de Cornelia, interpretada por Luminita Gheorghiu, una mujer rica de 61 años, que hará todo lo posible por librar de la cárcel de su hijo de 31 por un accidente de tráfico mortal. Sin embargo, la cinta alarga las secuencias hasta el tedio y las sumerge en la frialdad y la linealidad este film dirigido por Calin Peter Netzer. Sólo unos grandes 15 minutos finales "salvan" la película, pero aún así es demasiado coste para un film tan desaprovechado.
La ovación siguió en la sala de prensa. Alfonso Cuarón contó que tardó cuatro años y medio a llevar este proyecto adelante y que nunca pensaron que sería tan complicado de hacer. La explicación de Cuarón al plano secuencia con el que se construye el film tiene que ver con los documentales de la Nasa. "Todo es un solo plano porque no se puede cortar por alrededor". Además, también hizo hincapié en el punto de vista que querían experimentar en la película, que es absolutamente objetivo a diferencia de la subjetividad de Y tu mamá también. "Es como si el espectador se convirtiera en un tercer astronauta", declaró el director más ovacionado del festival.
No obstante, y cuando nadie esperaba nada después de Gravity, otra cinta (esta vez de Sección Oficial) despertó los mayores vítores en la sala (dentro de concurso, eso sí). Se trata de la comedia dramática de David Trueba, Vivir es con los ojos cerrados. La historia ocurre en la España de 1966, un profesor de escuela va a Almería porque su sueño es conocer a John Lennon, que esta rodando una película y lo hace acompañado de dos jóvenes que se han fugado de casa. Un film que, sin embargo, este cronista tendrá que disentir de la opinión general. Aparte de momentos de humor inspirados y capitaneados con un gran Javier Cámara y del duende que desprende Natalia de Molina, estamos ante un correcto dramedia, de sentimentalismo maniqueo de manual y con un humor que también peca a veces de localista. Pero viendo la percepción de los críticos en general, diríamos que es "su ganadora". Veremos. Seguiremos informando.
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