"Los Mercenarios" nació como una excusa para reunir algunos de
los iconos más poulares de la action movie de los 80 combinándolos con una
supuesta generación de hombres duros que recogerian el legado. Dicha savia nueva
estaba liderada por luchadsores de Wrestling como Randy Couture, un ex
jugador de futbol americano reconvertido a actor (Terry Crews, una de las revelaciones del film aunque luego no sirviera explotando ese registro) y los ya consagrados
Jet Li y sobretodo Jason Statham, que ejerceria como líder de la nueva orden (
y el único que se puede considerar sucesor de ellos). La fórmula prosiguió
alcanzando el zenit de la referencia cuando Stallone respondió a las
expectativas del público: el público no queria tanto nuevas estrellas como
tener las figuras más significativas de antaño en un único film, haciendo lo
mejor que saben hacer: matar a los malos. Stallone, Arnie y Bruce Willis
atravesando un cristal con sus armas se convirtió en un magno homenaje al espectador
de acción Made in USA y más si era Chuck Norris el que les ayudaba a la
retaguardia a enfrentarse a un villano encarnado por Van Damme.
Pero no se puede tener todo y la secuela
de la saga liderada del actor de Rambo era la del guión mas justito (que no
inexistente porque Stallone es de la vieja escuela, incluso en lo que se
refiere a clasicismo cinematográfico). Así que aquí "Rocky" se
embarca con la entrega más ambiciosa: el guión más elaborado (dentro de los
cánones, claro) y el mayor número de fichajes de la saga para suplir las
irremediables bajas. Silvester y Patrick Hughes, el director escogido para dirigir a los forzudos actores,salen bastante airoso ya que tiene en sus manos. " Los Mercenarios 3" me parece la más entretenida
y dinámica de la franquicia. Sin embargo...
Harrison Ford no es Bruce Willis. La
baja sensible de Mr Church no se puede substituir por un Indiana Jones que no
ha visitado el gimnasio desde hace siglos y por mucho que duela ( yo el primero) está
demasiado mayor . Cualquier rastro del arqueológo aventurero es historia y su
pseudo-Han Solo es la presencia veterana mas forzada. Los que también están de más
en la parte final, es la parte joven del cast. Perfectamente olvidables y sólo
hacen que sobrecargar de roles el clímax del film. Y, no obstante...
...Mel Gibson es un villano magnifico. El
film nos lo va presentando poco a poco hasta que empieza a enseñar sus cartas y
el actor de Arma Letal se hace con la platea con un par de monólogos
memorables. Lo que más bien son soliloquios son los de la cháchara de un
impresionante Antonio Banderas. El malagueño puso su grano de arena en el
libreto y hace suya la película en cuando aparece, eclipsando el film a base de
su corrosivo sentido de la comedia.
Tampoco se puede quejar el otro gran
fichaje: Wesley Snipes monopoliza alguno de los mejores instantes al reírse de sí
mismo; a la vez que comparte cierta rivalidad con el actor de Transporter. Y el
resto...bueno, ¿Quizá seria mejor que lo vayan a ver ustedes mismos, no creen? Porque si les
gusta el cine de acción reaganiana, de evasión y por ende la saga de estos " carnes de cañón", deberían dejar de leer
estas líneas y acudir a la sala a ver la última entrega de los Mercenarios. La
última, por ahora, claro. Tiene que haber una cuarta porque con el nuevo
material de la saga, un nuevo show de los chicos de Barney Ross puede
ser...espectacular.
NOTA: 7,5
PD: No me olvido de Dolph Lundgren. Como en la anterior cinta sale lo justo pero que bién está su coloso de espíritu vikingo...Eso sí, necesita tener mas jugo como en la cinta original.
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