Si
algo funciona, cópialo. Ese el principal lema del emporio del cine USA que
parezca capaz de vender su alma al diablo para exprimir la gallina de los huevos
de oro. Ante la falta de ideas, darle las vueltas a los mismos ingredientes para
preparar el mismo cóctel. A veces, el experimento tiene resultados loables o
incluso de gran calidad. Otras acaba siendo un sin sentido como el que hoy nos
ocupa, al menos para este servidor: Jack el Caza gigantes.
Una
antigua guerra se reaviva cuando un joven granjero abre sin darse cuenta una
puerta entre nuestro mundo y una temible raza de gigantes. Estos secuestran a
una princesa y él tendrá que rescatarla. Un argumento sencillo muy en la estela
de " la Princesa prometida" o Willow que tanto brillaron en la década de los 80
en el cine de fantasía y aventuras. Pero bajo quien suscribe, muy mal efectuado.
Y encima por alguién capaz de dar el pistolezo de salida a la hordas
superheroicas que han invandido el cine en la última década del siglo XX: Bryan
Singer, creador además de Sospechosos Habituales y el personaje de Gregory House
para la TV.
Cuesta
entender que un director de gran sobriedad visual haya dirigido este desaguisado
final y más con los desorbitados números que hay detrás. 300 millones de euros.
2 años de rodaje. Todo para que el resultado final no luzca en la pantalla. Los
efectos especiales son de videojuego empezando por un prólogo de animación
digital para olvidar. Pero el resto no le anda a la zaga. El diseño artístico
tan cuidado en este tipo de propuestas da la sensación de ser cartón- piedra o
en esta ocasión de cartón-croma. Un discurso estético sin ninguna autoría donde
los uniformes parecen una fiesta casera de disfraces. Ver para creer. ¿Qué has
hecho Brian?
Pero
el principal problema es el guión. ¿Infantil? No, estúpido. Los diálogos son
simples, las situaciones ridículas, su humor me parece vulgar. No obviaré que el
ritmo es trepidante pero su artificialidad de personajes, efectos y todo el
conglomerado de la historia me hicieron imposible implicarme en ella por muy
ostentosa que sea esta pretendida montaña rusa palomitera.
Eso
sin hablar de sus referentes previos. Incluso el score es una copia de El señor
de los Anillos de Peter Jackson y sobretodo en la vertiente más lúdica y juvenil
que este mostró en la primera parte del hobbit. Pero ni Brian demuestra la
capacidad visual del director de Agárrame esos fantasmas ni nada que se parezca
a su sello personal que siempre estaba incluido en sus films previos. Solo algún
otro destello de humor inspirado, salvan este despróposito a todos los niveles.
Una pena que no me haya convencido. Otra vez será.
NOTA:
3
LO
MEJOR: Su dinamismo y falta de pretenciosidad.
LO
PEOR: Confunde infantilización con estulticia y carece de falta de
estilo.
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