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jueves, 10 de octubre de 2013

CRÍTICA: LA HERIDA

La herida, de Fernando Franco, es la historia de Ana, una mujer perdida que quiere escapar y no puede porque se encuentra siempre con un muro que se lo impide. El mismo muro que su muro se construye para encerrarse en él. Fernando Franco debuta en la dirección poniendo el foco en esta asistente de ambulancias con deseos suicidas y que tiene serios problemas para relacionarse, actuando con agresividad incluso con su entorno más cercano a diferencia de lo que ocurre en su ámbito laboral. 
La cinta nos presenta su personaje principal en plano secuencia para que nos centremos en él y no le abandonaremos hasta 98 minutos después. No hay prácticamente subtramas que nos desvíen nuestra atención. Durante el metraje frío, seco y silencioso estamos siendo testigos de la angustia del personaje, mientras vamos desgranando qué es lo que le ocurre: ¿Un problema de la infancia? ¿Su relación con sus padres? ¿Quizá una ex pareja? ¿O simplemente nada de eso?

Este crítico no responderá a esa pregunta. Tendréis que hacerlo vosotros al visionar esta gran ópera prima. Una obra que huye de grandes estilismos en beneficio del sentimiento de su epicentro, interpretado de forma magistral por Marián Alvárez, que nos hace empatizar con este personaje; a través de lo que desprende esa "herida" interior que calla angustiosa en sus entrañas. Que realiza un viaje interior entre la radiografía y la compresión del espectador para llegar a la conclusión que hay personas que sufren. Y tenemos que entenderlas para ayudarlas. Aquí esta el quid de este pertinente y emocionante film.

La herida no es un film fácil. En algunos momentos camina al filo de la navaja por su hermetismo y no sería posible si Marián Alvárez no fuera, literalmente, el personaje en la pantalla. También posible que el film abandone un poco los personajes secundarios en detrimento de los principales. Pero mentiría si dijera que estos caen en el esbozo, puesto que no es así. Aunque en el guión del propio Franco y Enric Rufas lo que realmente importa es Ana y su dolor, expresado a través de las imágenes gélidas del director de fotografía, Santiago Racaj . Así que no os la perdáis.


NOTA: 8

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