La Ladrona de libros es una novela transcrita al cine. Capítulo a capítulo. Palabra por palabra. Con una aseada fotografía de Florian Ballhaus, una dirección artística muy cuidada y sobretodo una procelosa BSO firmada por John Williams. ¿Pero hay algo más?
Me explico. Considero que la literatura y el cine son medios distintos y que usan lenguajes diferentes a pesar de tener puntos en común. El primero lo hace con la letra, siendo un instrumento narrativo más reflexivo y empleando las palabras para que cocinemos los ingredientes en nuestra imaginación. Siguiendo la metáfora, el cine ya esta cocinado y es en cierto modo un método mas obvio. No obstante, el celuloide requiere de un trabajo mucho más físico para llevar a cabo la visión que los responsables tienen del proyecto.
Pero respondiendo al enunciado de esta reseña...si, hay algo mas que una cinta de bonito envoltorio. La adaptación de la novela de Markus Zusak tiene aciertos mas allá de su aspecto formal. Empezando por la propia historia que es una mirada curiosa a la Alemania nazi de cuna humilde y tan bien ambientada que directamente nos lleva allí como espectadores. Además, el relato está lleno de una pasión contagiosa por la prosa y su poder intelectual. Y un espíritu idealista en tiempos oscuros tan llena de romanticismo y honestidad que (casi) nunca cruza la barrera del melodrama azucarado o morboso. Y como he mencionado antes, la familia protagonista esta soberbia.
Conclusión: un film que se ve con agrado pero cuya adaptación excesivamente literal se antoja tan cumplidora como desaprovechada.
NOTA: 5
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