Cuando
Bryan Singer dejó la tercera entrega de X-Men en la preproducción para coger
las riendas del nuevo Superman, la franquicia mutante se derrumbó
cinematográficamente en un efectismo de formas y contenido, para muchos
indignante. I es que el fin de esa franquicia atmosférica, sutil, con trasfondo
social que marcó época, se dio de bruces con una aparatosidad anti climática;
cerrando el ciclo de esos grandes personajes con un desdén mayúsculo. Y el
primer spin off de Lobezno mejor ni hablemos...
No
es hora de señalar "culpables" pero si es hora de solucionar el
problema, aunque sea 8 años después. Hemos necesitado una especie de precuela
(casi tan buena como el original aunque con un tono distinto, más festivo) para
llegar aquí pero sí, por fin, hemos llegado. Singer cierra el ciclo casi una
década después con una (imperfecta, si) pero espectacular espectáculo de CINE
que reconfigura el universo mutante.
Y es que después de un prólogo con una explicación hiperdescriptiva (lo peor de
la cinta) Lobezno aterriza en 1973 en una escena vodevil gangsteril y empieza el show. Y aunque personajes como
Mercurio casi eclipsan al conjunto y la película sabe que J. Lawrence es mejor
Raven que Mística, el conjunto funciona. Y lo hace por varios motivos. Porque
aunque el film haya 50 personajes, el villano e incluso Lobezno son un
macguffin, para contar la verdadera historia del film, que ya se inició en
X-Men, Primera Generación: la relación Xavier-Raven-Eric, que representa la
base no solo sentimental si no moral de la historia. Aunque los 3 actores
cumplen perfectamente, es aquí dónde James Mcvoy quien destaca del tridente con
diferencia, convirtiéndose en el rey de la función. Así pues, X Men Dias del Futuro de la Saga no és quizá la mejor de la saga pero si el blockbuster que reconcilia al fan con la saga. Gracias Sr Singer.
NOTA: 7
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