
Un hacker estadounidense pasa sus días con sus noches en la cárcel. Hasta
que es requerido por un antiguo compañero, ahora policía chino, para
desentrañar el enigma que se oculta tras un atentado en una central nuclear. Un
film de género (el de ladrones pero en clave 2.0) dónde amén de aprender
mucha jerga tecnológica, vamos a ver arder ese mundo postmoderno de existencia
líquida a manos de...ese hombre. Si, el de las escenas digitales de luces de león
laberínticas, acción pseudo-documental de ángulos imposibles, grano en
pantalla, uso del zoom y cambio de encuadre sin cortes. El de ese cineasta que
(sobretodo después de subir a Tom Cruise en un taxi), se ha vuelto un
"auteur" mainstream de films con héroes súper serios de ropa de marca
y gafas de sol que caminan y disparan a cámara hiperlenta. Sí, estoy hablando
de Michael Mann.
Si, al fin el realizador de Chicago ha regresado a nuestros cines después de
demasiado tiempo sin tener otra cinta en su filmografía. Y es que esta vez ha
tardado 6 años en tener lista Blackhat. Una espera prolongada que no beneficia
el resultado final. Blackhat contiene alguno de los puntos fuertes del cineasta
que en la pantalla se traduce como oro fílmico pero también otros momentos
dónde la dispersión se hace dueña de la cinta y la diluye hasta cotas
insuficientes. Y eso da al traste con un film que plantea una temática pero no
acaba de desarrollarse, sobre todo por culpa de un libreto y alguna decisión de
reparto cuestionable.

De lo segundo, el quid no es un hecho colateral. A día de
hoy, creo que Chris Hemsworth no ha demostrado ser algo más que una cara bonita
y aquí el esquemático rol depende de alguien capaz de elevar el nivel del mismo
con su capacidad interpretativa. El actor de Thor no da la calle y eso condena
al film a estar protagonizado por un personaje hueco, estereotipado y de
interés cero. Tampoco es que Viola Davis o Leehom Wang tengan mucho más margen
de maniobra en sus roles pero al menos demuestran mayor capacidad para
subvertir la unidimensionalidad de sus personajes. Sin duda, la mejor a pesar
del también del papel constreñido es Wei Tang, como la chica y principal socia
del apolíneo protagonista.
Y si, por si lo habían intuido hay mucho de cine asiático en Blackhat.
De hecho, es quizá una de las ocasiones en que se ha plasmado de forma más
evidente dicha coyuntura geopolítica actual. Los primeros minutos uno cree
estar viendo un blockbuster autóctono (filmado con mano maestro, eso si) pero
no, este es un producto made in USA y el nuevo film de Mann. Una cinta que se
vertebra como si de un film de James Bond en Asia se tratara; debido al periplo
turístico que las migas de pan del delincuente virtual dejará en su camino:
Indonesia, Macau, Hong Kong...Todo porque el villano pone en jaque el gobierno
chino y como el único que puede solucionar el entuerto es Hataway, ambos
gobiernos tendrán que colaborar estrechamente para acabar con la amenaza
cibernética. Y es aquí donde Mann intenta tratar de forma peliaguda este tema
y...ay, no puede. O mejor dicho... ¿No lo dejan? En el film, si se plasma
el hermetismo y desconfianza que hay en las relaciones USA-CHINA, siendo
los primeros los más puestos en entredicho, mostrando una actitud más
conciliadora por parte del gobierno chino. Algo que se puede diluir en una
secuencia final abrupta pero certifica los escollos de una de las subtramas más
jugosas de Blackhat cuya conclusión deriva en una "inconclusión"
cuanto menos dispersa. Ahí solo podemos intuir lo que había podido ser esta
cinta sin elementos menos “perjudiciales”.

Elementos como el tema núm 1 del film. Aquí como no sabemos discernir qué
grado de verosimilitud esta tratado el tema principal (tampoco es indispensable
para disfrutar el film), nos lo tendremos que tragar sin acritud. Y es que
amigos, lo que sí es importante y el film no hace es hacernos entender de
qué va todo esto de líneas de código, logins y esas cosas. Exacto. El
tema tecnológico está representado de forma muy pero que muy densa. Y eso es
otro escollo descomunal ya que al no tener anclaje con los personajes por su
simpleza, si la jerga informática es sólo para muy especialistas en el tema...
¿que nos queda? Si, las imágenes portentosas de Mann filmando conexiones USB y
rascacielos orientales; a
sí como el
par de escenas y golpes de efectos de una trama que de centrarse como lo hace
en su excelente prologo y la última media hora podían haber sido muy
grande.
Al menos Mann sigue filmando a
las mil maravillas aunque cambie de director de fotografía en cada cinta y
sigue teniendo las secuencias diurnas de acción como deuda pendiente (no es que
sean malas, pero si son netamente inferiores a las nocturnas). Lo mejor de
Blackhat es que el director no ha perdido ápice de virtuosismo y sello en la
dirección así como riesgo y eso es la mejor noticia para el cine de Mann, donde
incluso films tan flojos respecto a su obra como este, siempre tienen algo
diferente que ofrecer.
NOTA: 6