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domingo, 14 de noviembre de 2021

CRITICA: AVENGERS END GAME

 Para ser sincero, no es nada fácil hacer una critica de esta cinta. Avengers: Endgame es más que una película o la secuela de Avengers Infinity War. Antes incluso del estreno de esta película esperada, los fans de la franquicia mas exitosa de superhéroes de la historia, sabían que esta película marcaba el fin de una era. Porque tanto bien o para mal, este film supone el final del MCU tal y como lo conocemos: Un cosmos audiovisual nacido en 2008 con la primera película de Iron Man y que abarca un total de 22 cintas y varias sagas conectadas entre sí, en un aparato transmedia único y a dia de hoy, irrepetible. Gracias a ello, las devoción de estas películas ha transcendido no solo las páginas de los cómics Marvel con los que basa si no que el sistema transmedia la ha convertido en un mecanismo vivo que crea tendencia y comunidad. Es por ello, el secreto que rodea esta cinta y la premisa de no spoilear la cinta en pro del espectador virgen del primer visionado hacen de esta critica algo complicado. Pero aquí estamos y para ello, voy a empezar, resumiendo mi opinión en 2 frases: Avengers: End Game es el final perfecto para la macro franquicia, una magnifica, emotiva y entretenida película pero para mí es menos redonda que Infinity War. Porque al igual que lo fue para mi El caballero oscuro: La leyenda renace en la trilogía del Batman de Nolan, la cinta sobre el Joker es mas autónoma y notable como cinta.
Y es que tras los escalofriantes sucesos del final de la guerra del infinito, el guión de Christopher Markus y Stephen McFeely divide la película en tres partes, con unas claves lo suficientemente diferenciadas, casi coincidiendo con la hora de película. La primera habla de las consecuencias de lo sucedido en la anterior entrega, cómo ha afectado a los personajes y cómo se preparan las piezas para la aventura definitiva. En la segunda parte de la película, el film se convierte en una especie de heist movie o de cinta de espías al estilo Misión Imposible, llena de claves autoreferenciales y fan service, que si bien es divertida y necesaria para la trama, frenan en ocasiones ligeramente el ritmo del film. Y la tercera parte es, en pocas palabras, la batalla mas grande de la historia del cine de superhéroes, el tableaux vivant más clavado a las viñetas que nunca se ha visto en una pantalla de cine.
Los Hermanos Russo junto a su director de cinematografía habitual Trent Opaloch han sido los encargados de plasmar esta epopeya en la pantalla. La cinta se ha rodado casi simultáneamente junto a la anterior, por lo que ambas están rodadas principalmente con una Arri Alexa 65 y un aspecto de ratio de 2.39 : 1 (excepto en su versión IMAX) en los parámetros visuales de Marvel habituales, pensados para encajar los distintos ambientes y sagas de la forma mas orgánica posible.
En ese sentido, el segundo bloque de este film es la que plantea mas dificultades formales por la variedad de ambientes plasmados pero los resultados son encomiables visto el trabajo final, tanto por la solución de continuidad -estas cintas están muy sometidas a las agendas de sus estrellas-como la diferenciación de espacios que ayuden a la narración a seguir las diferentes tramas en paralelo. Con respecto a la última hora, el horror vacui de efectos digitales crea una batalla a lo Ready Player One, que combina lo íntimo y lo grandilocuente de forma soberbia, sobre todo a través de un uso de la luz y el color deliberadamente crepuscular, en una clave poco explorada en el MCU, especialmente en los trabajos de los Russo y el DOP de Districto 9 o Elysium.Además, podríamos estar horas hablando del sublime trabajo de diseño de producción de Charles Wood o el difícil y sobresaliente montaje en paralelo de Jeffrey Ford y Matthew Schmidt, responsable también de su antecesora…pero toca hablar de ellos. Y es que con el permiso del cabeza pensante de este universo (Kevin Feige), han sido ellos, los actores y actrices encarnando a estos superhéroes con diferentes personalidades los responsables de que esto funcione. El carisma de cada uno y su arco narrativo cuidado al milímetro en todas las producciones del universo les ha llevado hasta ese punto final (o casi) en vista de crear un panteón mitológico tan grande que el infinito sea una palabra que se les quede pequeña. Y, en esta ocasión, la dinámica que se establece es desde el punto de visto dramático mas interesante que nunca. Porque si en Infinity War veíamos a diferentes mundos colisionar ( los Guardianes con Thor, Hulk y War Machine en Wakanda) aquí los personajes se encuentran en un cambio de paradigma y sus diferentes formas de afrontarlo van a ser la “salsa” de la cinta tanto en su clave dramática y narrativa. Entre ellos, y con el permiso de los tráileres -los cuales no han contado prácticamente nada de la cinta para evitar lo antes mencionado- destacaremos a una nueva versión de Clint Barton, dándole un giro a su personaje, que lo recupera absolutamente para la ocasión y como no, las piedras angulares de la franquicia: un Iron Man dando el do de pecho en esta oda mitológica marvelita y un Capitán América ya sin barba cuyo sentido de lucha y el honor le harán indispensable para esta última aventura.
Poco mas que decir dado que tengo las manos atadas por la responsabilidad. Solo decir que no hay secuencias post- créditos y que el futuro del universo (que prepara vías de expansión a través de sagas nuevas o antiguas reconvertidas en series de TV) es incierto dado la conclusión del cine como la saturación de este tipo de producciones. No obstante, tanto el éxito de su predecesora como sobre todo las cifras del primer fin de semana de ésta última, hacen ver que la gente tiene ganas de crossovers Marvel. El tiempo dirá si pueden construir algo tan o mas grande. Pero no será mañana ni pasado. Las grandes catedrales no se construyeron en 2 días y, si bien esta cinta no es una obra maestra, como estos majestuosos edificios sí quedará en la memoria de muchos…para siempre. ¡NUFF SAID!
CRITICA:8'5

CRITICA: EL HOMBRE DE LAS 1000 CARAS


Los primeros compases del nuevo trabajo de Alberto Rodríguez empiezan por un aviso a navegantes. La historia que nos cuenta está “inspirada en hechos reales”. No en vano, desde el primer minuto vemos que este film no es eso que llamamos un telefilm cualquiera. No solo por su presupuesto. Tiene músculos en todos los campos: Actores, dirección, montaje e, incluso, unos diálogos afilados; todo ello síntoma de buen cine. Y sin embargo, al final del camino, me da la impresión que sus responsables han escogido el camino más accesible para contar esta historia: La de la ejercer de dramatización de lujo para dummies (yo incluido) de la historia de Francisco Paesa y su implicación en el caso Roldán.

La pregunta…¿Es una buena decisión? Bajo mi punto de vista, a medias. Cuando en Grupo 7, Alberto Rodríguez nos metía en la piel de los miembros grupo 7, lo hacia con el telón de fondo real del contexto de la Expo 92 pero nunca hacia que esa trama se comiera a la otra. Lo mismo sucedía con La Isla Mínima en la que, tras la línea argumental del whodunit policíaco, se ocultaba la historia de sus personajes; muy marcada por el contexto franquista y hasta ahí puedo contar, para los que no la han visto. Pero esta vez, la historia «real» de Francisco Paesa es tan “suculenta” como intrincada; con lo que hace que Rodríguez se enfrente a un cambio substancial con respecto a sus crónicas anteriores: La de subordinar el drama de los roles a la historia principal. Y eso, en parte del metraje, creo que le pasa factura…

Porque El hombre de las mil Caras no es ni de lejos una mala película. Sin ir mas lejos, primer tramo es excelso. Nos metemos en la vida de Paesa como si viéramos una versión de El lobo de Wall Street patrio (salvando las distancias) con el ritmo y la ironía, aunque con el estilo sobrio y estilizado de la imagen del director andaluz. Los actores no pueden estar mejor. Carlos Santos está sublime como Luís Roldán (el Goya debería ser para él, así como su mujer en la ficción, Marta Etura. Eduard Fernández le da un aura de misterio a su personaje en sus mejores momentos así como algunos secundarios roba-escenas de todo ese entablado.

El problema que, tras la presentación de personajes, creo que la historia empieza a fluctuar demasiado con el punto de vista. La voz de off de Coronado es necesaria para entender lo que sucede, pero a su vez me provoca un distanciamiento como espectador en una historia que brilla mas cuando es mas mínima. Y aunque el film más que valiente es casi heroico al tratar según que temas en este país de tabús, parece pasar por alto según que recovecos de la historia. Y ese es para mí el principal problema de película: Es buena pero lo tenia todo para ser mucho mejor y no lo es.

En definitiva, un film entretenido que habla en pretérito para contar cosas de nuestro presente (la corrupción de hoy en día) y que además, indaga en las debilidad humanas de forma como alguien dotado por la sutileza cinematográfica puede hacer, Alberto Rodriguez.

NOTS: 7

CRITICA: THE ARRIVAL


Ha llovido mucho desde el 11 de septiembre, pero aunque el mundo está cambiando mucho, vivimos una era de inestabilidad, de oscuridad y de cinismo. El cine ha sido reflejo de ello tanto el cine independiente hasta el más palomitero, pero también ha contribuido a su vez a esa sensación en la sociedad. Para ello, un apunte. Gente como Spielberg que en los años 80 triunfó con películas como E.T o Encuentros en la Tercera Fase, donde nos dibujaba una versión esperanzadora de los que viven allá arriba durante esos años, nos han dado otra versión de esos seres en cintas como En la Guerra de los Mundos, versión de una cinta que retrataba otra época de convulsa y de cambios.

Pues bien, ahora Denis Villeneuve, un hombre cuyo cine no se jacta precisamente de ser precisamente optimista -pero si muy preciso y con un aire enigmático, lo que siempre he encontrado estimulante-, nos arroja algo de luz dentro de una cinta que, eludiendo casos anteriormente como los citados por Spielberg, nos devuelve a ese cine de entretenimiento con mensaje que no renuncia a una reflexión positiva. Eso sí, con un sello radicalmente opuesto como autor que es el canadiense y con una pátina de madurez y amargura mas propia de estos tiempos que corren que la del sense of wonder de la década prodigiosa.

Y ahora, vamos al grano. La llegada es ante todo un drama de ciencia ficción. Los que esperen ver acción, no la van encontrar. Los que busquen intriga y una historia para reflexionar a la vez que se entretienen sin sentirse adoctrinados, la tendrán. En ese sentido, el film no esconde sus cartas después de los primeros minuto,s pero a partir de aquí el espectador se pondrá el piel de una magnifica Amy Adams, una solitaria rodeada de gente como lo demuestran los sabios encuadres de la cinta. Todo el peso de la historia recae en ella y, aunque el rol de Jeremy Renner no es únicamente darle la réplica a la protagonista, la cinta deja clara a quien le pone la lupa y no abandona hasta el círculo se cierra y termina la cinta. Y eso es aún mas extensible en los roles de Forest Whitaker y Michael S. Stuhlbarg. Como ocurría Gravity, aquí la musa es también la protagonista femenina y tanto director como actriz lo dan todo.

Es difícil hablar más de un film cuyos recovecos es mejor descubrir. He de reconocer que más allá de las críticas, sabía qué tipo de historia me querían contar, pero quería saber cómo y qué se escondía debajo de ella. Las consecuencias que saqué fueron muy estimulantes, tanto las racionales como las emocionales. Personalmente, os la recomiendo. Quizá os pueda parecer un film de ritmo lento, pero pienso que esta historia necesita esa velocidad para transmitir el misterio que hay detrás de ella y su carga dramática. Además, tampoco es un film de arte y ensayo, no os asustéis. Es una película “comercial” de un presupuesto moderado como las que había en la década de los 80 o los 90, antes que los excesos de efectos especiales inflaran los presupuestos de forma masiva. Y una propuesta para un público medianamente adulto, sin que eso tenga que significar un festival de violencia o sexo gratuito.

Sinceramente, aunque soy de los que disfruto como un enano con las cintas de superhéroes, es por ver obras así que me gusta el cine. Así que espero que si vosotros vais a la sala de cine salgáis tan abducidos y fascinados como yo al ver esta cinta. No os la perdáis. Los aliens han llegados a nuestros cines y creo que esta vez están a dispuestos a quedarse en nuestra memoria y mas allá.

NOTA: 9,5



CRITICA: FENCES

 Aunque en estas líneas hable solo sobre cine, también soy un gran aficionado al teatro, dos medios con aparentes similitudes, pero mucho más diferentes de lo que puedan parecer para el más profano en la materia. Es por eso que una de sus características más singulares radica en la interpretación de los actores: El teatro está hecho para captar toda la acción a través del ojo humano tanto para el de la primera fila como el de la última en único “plano”, uno en que cubre toda la acción ubicada en el escenario. El cine, en cambio, ha desarrollado un lenguaje basado en el montaje donde podemos centrarnos no solo en la figura completa del actor, si también de medio cuerpo o incluso un único plano de su rostro entre otros ejemplos e intercalarlos a nuestro antojo. Un mecanismo que ha hecho que el registro interpretativo de los actores tengan que ser mucho más sutil y contenido. Porque no es lo mismo lo que capta el espectador en una pantalla de cine que lo capta a través de su propio ojo en la platea de un teatro.


Y ese es el principal error de Denzel Washington en Fences. El actor de Training Day adapta literalmente el texto de teatro con el que triunfó en Broadway y traslada la interpretación teatral a la pantalla de cine con él de protagonista y director: ¿Resultado? Sobreactuación. Lo que parecía un interesante drama ambientado en los años 50 sobre un padre afroamericano que intenta sacar su familia adelante, se convierte en una astracanada donde todo rezuma artificialidad monopolizado con un Denzel Washington actor cuya actuación particularmente me resultó de lo mas cargante.

Sinceramente, la primera del film más o menos no se me ocurren muchos argumentos para defender Fences. Los conflictos aún están muy solapados, los diálogos suenan reiterativos y poco creíbles, mostrando una imagen estereotipada y pobremente intelectualizada de los roles. Que el diseño de producción esté cuidado no ayuda cuando la acción transcurre en prácticamente un solo escenario y muy escueto (la casa del protagonista, concretamente un nimio jardín) donde el director solo parece empeñado en únicamente ilustrar la obra, a no disimular el cambio de escenas, a no darle un sentido para darle un tono mas cinematográfico… A dar entender por activa y por pasiva que esto es teatro filmado como creyendo que el simple material del ganador de Pulitzer August Wilson tiene la suficiente fuerza como para ser cine. Desde aquí, os recomiendo ver adaptaciones teatrales como el Hamlet de Kenneth Branagh que con un texto mucho más peliagudo y absolutamente literal que este, no olvida el medio para el que adapta la obra original.

En la segunda parte, es cuando el Denzel Washington, lima estos aspectos y empieza a darle empaque fílmico a la propuesta. No resulta un giro radical pero empieza a usar mas los recursos puramente cinematográficos y la historia, aparte de volverse mas interesante, se hace mucho amena. Entre otras cosas, porque Viola Davis parece entender de qué va esto y con el menos es más empieza a convertirse casi sin quererlo en la reina de la función. Porque si hay algo sobresaliente en la cinta es ella. Y en este caso, una estatuilla sí me parecería un premio justo a su trabajo.

Esta segunda mitad de la historia, nos lleva a un final interesante que lleva consigo un peaje que considero tan grande que me resulta difícil de sacar la ecuación. Durante demasiado rato, Fences, no me funciona como película ni como mero entretenimiento. Por eso me cuesta recomendarla a pesar del trabajo de la actriz conocida por la Amanda Walker de Suicide Squad entre otros trabajos. Respecto a Denzel, actor al que particularmente admiro por su trabajo en el medio cinematográfico, éste no me parece su mejor papel en el cine. Justamente el mismo en la silla de director creo que se hace un flaco favor en muchos momentos por lo que antes he indicado.

Poco más de añadir. Una obra que probablemente funcione en su formato teatral, pero definitivamente no en el cinematográfico. Particularmente, me quedan ganas de comprobar lo primero, ya que no he podido ver el montaje del otro lado del charco. Porque sé que el hecho de que no me ha hecho disfrutar de la propuesta es la adaptación, más que la obra en sí misma. Teatro es teatro, amigos. Y el cine, otra cosa.

NOTA: 4

CRITICA: NINJAGO

 

Las luces de la sala se apagan. En la pantalla, el logo de Warner nos lleva a ese cine de mazmorra donde los manporros, el chi y el aroma oriental se combinaban a las mil maravillas. Sin embargo, La LegoNinjaGo no es una de esas películas. Se trata mas bien de un homenaje autoparódico en 3D con los juguetes de Lego como instrumento de creación anárquica; el cual sigue la estela de no solo de las películas estrenadasen el cine sobre el universo juguetero, sino de su propia serie de animación televisiva: Lego Ninjago Maestros del Spinjitzu.

En esta ocasión, el argumento nos lleva a Ninjago, una metropólis de aspecto futurista que es atacada cada dos por tres por un supervillano con aspecto samurai y sus robots destructores. Sin embargo, los planes de este shogun se dan de bruces con seis jóvenes ninjas, guiados por Lloyd, alias Ninja Verde. Estos se encargarán de defender la ciudad de Ninjago, incluido el propio Lloyd, consciente de que ese gran malvado con el que lucha es su padre. Habemus drama a la vista.

Pero tranquilos, el film nunca se topa en serio a sí mismo. Ni en los momentos con mas moralina, siempre es consciente de lo que es y da justo lo que promete: Un producto perfectamente engrasado dirigido principalmente para los más pequeños, pero con toques de sarcasmo e ironía para captar al espectador mas adulto (y nerd). Al fin y al cabo, los responsables le tienen cogida la medida al invento. Si Legolapelícula era un locura que saltaba de mundos a cada cual mas dispar y expandia su universo en el infinito y Batman Legolapelícula explotaba el universo de DC y los chistes sobre el hombre murciélago, esta se presenta, al menos para un servidor, como la mas equilibrada de la franquicia.

Creo que este Ninjago no se basa tanto en referencias culturales tan directas como el anterior (aunque es buena base de su humor las referencias a las películas del subgénero) y no cae en la acumulación y cierto hastío que creo que adolecía la recta final de la primera Lego. Lo que si ya no tiene en mi opinión es capacidad de sorpresa. Solo la justa y la necesaria para engancharte durante unos 100 minutos en una historia con ninjas, robots, gran espectáculo visual, mucho humor y una gran capacidad de reírse de sus propios tópicos. Y reírse sobre todo de uno mismo es muy sano. Así que, si queréis llevar vuestros hijos o sobrinos a que pasen un buen rato, no lo dudéis. Es más, es probable que vosotros también la disfrutéis.

NOTA: 6

CRITICA: THOR RAGNAROK

Nunca me ha acabado de convencer la saga de Thor. Lo reconozco. Esa mezcla de aventura mitológica fantástica mezclada con romcom no me acababa de hace el peso, pero me entretenía como lo suele hacer las cintas del UCM. Primero, porque creo que le impedía a la saga explotar sus virtudes y segundo porque su humor me resultaba anticlimático y más bien poco efectivo.

Lo cierto es que la saga de Thor tampoco ha sido la predilecta por la mayoría de público y crítica, aunque tiene sus adeptos. Thor y Loki son dos de los personajes que más gustan del UCM, así como su conflicto, pero mas allá de eso, sus películas han tenido un impacto menor que las de Capitán América Iron Man. Es por eso que, después de Kenneth Branagh y Alan Taylor, en Marvel Studios han querido darle un giro a la franquicia aprovechando la fórmula de Guardianes de la Galaxia: Aventuras especiales, psicodelia e humor auto paródico. Para eso han escogido a un director a la priori interesante: Taika Waititi, responsable de la ganadora del premio del público del festival de Sitges hace unos años con la hilarante Lo que hacemos en las sombras, un mockumentary que parodiaba las películas de vampiros.

Y ahora es cuando tocamos un tema muy pantanoso a la hora de hacer cualquier critica: El humor. Y es que el humor es uno de los elementos más subjetivos que se afronta un cronista al hacer una reseña, que ya de por si, es una opinión y, por lo tanto, no puede plantearse en términos de objetividad. Así pues, del mismo modo que antes he definido a Lo que hacemos por las sombras como film hilarante, puede que para muchos esa cinta no lo sea en absoluto porque su sentido del humor no conecta con el suyo. Supongo que es lo me ha pasado con Thor Ragnarok. La mayoría de los gags no me hacían gracia y eso es complicado cuando nos encontramos con un film que, en mayor parte, más que una comedia de aventuras al estilo Guardianes, más bien parece una comedia del estilo ZAZ o Austin Powers, es decir, una comedia cuyos gags no están articulados ya por contraste, sino por mera acumulación.

Es por eso que durante buena parte de la cinta me he encontrado con una propuesta que, en todo momento, parecía ensimismada en querer sabotearse, si no fuera por que por fortunas ciertos elementos se mantienen a flote. Entre esos elementos esta Cate Blanchett, quizá la mejor némesis del UCM hasta al momento,pasando por la aparición por Doctor Extraño y alguna que otra sorpresa y sobre todo un par de escenas épicas: La versión extendida de la archiconocida escena que hemos visto en los trailers y la épica batalla final, tan buena que uno se pregunta porque la película no ha querido explotar antes sus grandes bazas y se ha centrado en su vertiente humorística y la ridiculización de los personajes estrella de la saga.

Recomendada para quien quiera ver una comedia de humor absurdo con momentos de acción y efectos especiales para un target teóricamente más amplio y familiar. Respecto a los incondicionales de las dos anteriores entregas, el cambio de estilo puede ser chocante, así que avisados estáis. Aquí Shakespeare ni está ni se le espera. Pero, en cambio, el slapstick es muy bienvenido en forma de múltiples resbalones, por poner un ejemplo. Eso puede gustar a muchos, pero en mi caso, visto el resultado, creo que me quedo con las dos anteriores.

NOTA: 4,5

CRITICA: THE LAST JEDI


La saga galáctica Star Wars quizá sea la franquicia mas importante de la historia del cine. Cuando en 1977 George Lucas bebió de múltiples influencias de la space opera de lo que ahora llamaríamos «vintage» para crear su Guerra de las Galaxias también incorporó una filosofía de vida. Esa suma fue lo que hizo que Star Wars fuera algo más que un entretenimiento para toda una generación.

40 años después estamos en la octava entrega de esta franquicia -novena película si contamos con el spin off de Rogue One-. En esta ocasión Rian Johnson, director de Brick y Looper, se encarga de la dirección y el guión en solitario, para seguir el camino presentado por J.J Abrams en la nueva saga donde nos presentaron a una serie de personajes nuevos (Rey, Finn, Poe y Kylo Ren) que empezaban a ser reemplazados por los de siempre. Esta idea sigue en The Last Jedi de forma mucho mas marcada creando directamente una confrontación entre lo «viejo» y lo «nuevo» a la vez que realiza la aproximación mas alejada y metafílmica nunca vista en este universo. Así pues, de la sensación del excelente pero refrito del anterior film de la saga, aquí el fan service y la nostalgia están mucho más diluidos, ya que aquí vemos a un autor, este caso el citado Rian Johnson, que sin renunciar al entretenimiento palomitero, busca voz propia.

El resultado es una película de acción y aventuras para toda la familia bien defendida por los actores. Difícil quedarse con uno de ellos tanto  los antiguos como los visto en el film previo, si bien la novedad mas destacada es la presencia de un nuevo personaje encarnado por la actriz vietnamita Kelly Marie Tran. Además, es muy entretenida y visualmente apabullante. Las diferentes tramas de la película -que convergen en la principal, que constituye lucha entre las tropas imperiales y rebeldes capitaneada por Poe Dameron y Leia- nos llevan a diferentes lugares de la galaxia, rodados en escenarios tan variopintos como las paleocristianas construcciones del Skellig Michel, a las calles de la ciudad croata de Dubrovnik o al Salar de Uyuni en Bolivia donde el color de Marte se funde con la extensión del desierto blanco. Así pues, el director de fotografía habitual de Rian Johnson, Steve Yedlin,vuelve a darnos un trabajo que, bajo mi punto de vista, es excelente a la vez que contribuye a crear una atmósfera asfixiante e intrigante; al servicio de un guión con inspirados momentos de humor, lleno de acción y giros que convierte la experiencia en una montaña rusa -la cual desde un punto de vista dramático creo que se alarga un pelín demasiado pero que globalmente me convence por el cómputo final-.

Ahora bien, Rian Johnson no es George Lucas y eso se nota no solo a nivel cinematográfico si a nivel más filosófico. Dicho de otro modo, el concepto de «fuerza» esta claramente desmitificado y la espiritualidad de los films previos (incluso Rogue One donde no había jedis si podríamos hallar dicho “credo”) está puesta en entredicho de forma deliberada. Está claro que los responsables de ello eran conscientes de que esto hará correr ríos de tinta tanto para los que creen que esta cinta necesitaba nuevas ideas como para los que creen que esas ideas no son válidas porque no solo se cargan la esencia de Star Wars si no la coherencia de todo su mundo.

Personalmente, he de decir que considero esta cinta como una muy buena cinta de entretenimiento, -algo alargada como he comentado-, pero que me ha convencido a nivel global. Eso sí, espero que para la siguiente sean más fieles a ese espíritu Made in Lucas, a la vez que la cinta huya y no repita las mismas fórmulas dramáticas como hace esta cinta. No me considero fan de Star Wars -aunque me gusta mucho la saga-, pero puedo comprender las reticencias y cuando veamos el cierre de esta trilogía, espero que no reduzcamos la saga a un simple pasatiempo para vender muñecos. Star Wars es más que eso. Por eso, tanto a las duras como a las maduras, la fuerza siempre nos acompaña.

CRITICA: 8

CRITICA: MAZE RUNNER 3



 Hace un tiempo, a raíz de la primera entrega de Los Juegos del Hambre, empezaron a surgir cintas cortadas para un mismo patrón. Se trataban de distopías juveniles de cierto trasfondo social nacidas en las páginas de un bestseller teen, con varios puntos en común con el mundo de las novelas Suzanne Collins. De ahí surgieron las adaptaciones de las sagas literarias de sagas literarias como la de Divergente o ésta que nos ocupa El Corredor del Laberinto . Estas sagas juveniles tuvieron bastante aceptación, especialmente por el target que convirtió a Jennifer Lawrence en estrella y su Katniss Everdeen.

Sin embargo, el chicle fue estirado en demasía por los productores y este tipo de películas acabó teniendo menos aceptación. La saga de los Juegos del Hambre realizó la misma argucia que la última entrega de Harry Potter dividiéndose en dos, algo que hizo que Divergente la siguiera en su planificación comercial. El problema es que las dos entregas de Los Juegos de los Hambre convirtió el que podría ser un buen desenlace en un aburrido díptico con exceso de relleno. Peor fue Divergente , cuyo fracaso en la primera parte de su desenlace ha provocado que se termine en una miniserie de estreno por determinar sin los actores originales.

En el caso de El Corredor del Laberinto la mala fortuna sucedió en el rodaje. El actor protagonista tuvo un serie accidente en el rodaje que pospuso la última película de la saga. Por suerte, el actor se ha recuperado y el film se ha terminado, concluyendo en una tercera entrega definitiva para la saga. ¿Y qué me ha parecido? Pues para un no seguidor de los libros confeso y alguien que ha visto las películas sin demasiado entusiasmo -es lo que hay-, he de confesaros que la tercera entrega me parece la mejor de todas. Creo que es la mas entretenida, la mejor rodada y la que cierra los arcos de narrativos de forma más satisfactoria. Desde el inicio del film con una magnifíca escena de acción que es puro western, pasando además, por el marco de ciencia ficción setentera en la que transcurre el film, que parece sacada de un Escoge tu propia Aventura con ciudades apocalípticas llenas de disturbios que cruzan Mad Max con The Warriors o zombies infectados que parecen sacados de la chistera de Richard Matheson. Todo eso con un aire mucho mas nítido, formulaico (el mayor problema de la cinta es que es muy previsible junto algún secundario desaprovechado, sobretodo Walter Goggins -que en lo poco se sale se convierte en el amo) y un toque algo impersonal en sus referentes, pero con un gran sentido del ritmo y sin cargar las tintas en la parte romántica de la historia, que es el motor de la misma, pero nunca se convierte en un lastre.

Así pues, parece que el tiempo de espera ha valido la pena y El corredor del laberinto: La cura mortal es la entrega mas sólida de todas, con secundarios robaescenas, tales como Aiden Gillen como villano y buenas secuencias de acción. Algo que no es moco de pavo viendo como han terminado sus competidoras. Ideal para pasar un buen rato de cine con Thomas, Newt, Teresa y compañía de la mano del director de la trilogía del Wes Ball y el mundo que creo James Dashner en las novelas

NOTA: 6'5

CRITICA: BLACK PANTHER


Ya en los primeros compases de Black Panther se avecina cierto cambio dentro de la fórmula MCU. En dos secuencias de carácter muy distinto vemos las dos caras de esta nueva entrega superheroica: La primera, en clave mitológica y la segunda, marcando los contrastes en dos formas de entender la ficción. Y esto es clave en un film en que la yuxtaposición orgánica de ciertos elementos es su gran baza. Dicho de otro modo, Black Panther es una de las películas dentro del Universo Marvel que tiene un subtexto más rico y más trabajado, sin renunciar a las señas de identidad de este tipo de producciones.

Para empezar el punto de partida de la mitología de este universo ya da mucho juego. Tiempo atrás, un país africano recibió la caída de un gigantesco meteorito con un misterioso mineral, el vibranium, capaz de absorber el sonido y las vibraciones. Para proteger tan valiosa posesión, las tribus decidieron ocultar dicha información al resto del mundo con el objetivo de proteger a sus habitantes. Alrededor de ese material articularon una sociedad en la que tradición y tecnología están perfectamente cohesionadas y cuyo líder era una rey que garantizaba la prosperidad y supervivencia del país, cuyo nombre seria Wakanda. Pero ese rey no seria un rey cualquiera. Porque gracias a un ritual relacionado con el mineral, adquiría unos poderes para convertirse en Black Panther, el héroe que protege a los wakandianos.

La historia de Black Panther nos lleva después de los hechos de Capitán América: Civil War donde las circunstancias llevan a T’Challa a asumir el trono. Chadwick Boseman continua encarnando al personaje y pienso que lo hace con buena nota. No obstante, es cierto que considero que su trabajo es inferior al resto de un elenco de secundarios muy inspirado, otro gran punto fuerte de este film. Y es que Angela Basset, Danai Guirira, Daniel Kaluuya, Michael B. Jordan (el villano, de lo mejor del film) o Martin Freeman, entre otros, nos presentan personajes tridimensionales, ya sea por el libreto, por el talento de los actores o por ambas razones. Respecto al film propiamente dicho, se trata de una buena propuesta de entretenimiento, que aprovecha tanto los personajes, la trama y la mitología en un tono más adulto del habitual en el Marvel Disney (en la línea de Capitán América: Soldado de Invierno). Pero para ello, no renuncia a los momentos de humor bien insertados y lo hace, a su vez, conjugando la visión antropológica de Wakanda, los films de Tarzán, el cine de espías «Jamesbondiano», el drama «monárquico”, cierto espíritu reivindicativo y hasta momentos espirituales relacionados con la vida, la muerte y el mas allá.


El cóctel va muy cargado pero no aturulla. No obstante, es complicado mantener el nivel durante los 135 minutos y, por eso, parte del clímax y el enfrentamiento final, obedece a terminar en el gran espectáculo de rigor. Leve, aunque creo que en cierto modo inconveniente, ya que no termina por explotar ciertos aspectos templados y la deja por debajo de otros films de orígenes superheroicos como Doctor Extraño. No obstante, según este cronista el resultado está probablemente entre las más conseguidas del universo marvelita bajo la mirada de Kevin Feige. Y es que, aparte de los méritos ya citados, seria injusto no reconocer en estas líneas el colosal trabajo de los responsables de todo esto: Ryan Coogler en la dirección y la elaboración del guión junto a Joe Robert Cole. El trabajo de Rachel Morrison, que nos muestra una Wakanda increíble llena de imágenes imborrables como el contrapicado que podemos ver ya en los tráiler de un salto de agua wakandiano. Y, en definitiva, todo el equipo que ha contribuido a que cada fotograma luzca tan bien y pueda sumergir al espectador conocedor y no conocedor del personaje al mundo del rey T’Challa.

Es decir, que el 16 de febrero tenéis una cita con un gran película de acción y aventuras d Marvel Disney para toda la familia. Así que desde aquí os aconsejo ir al cine este fin de semana, recordando que hay dos secuencias postcréditos y animando a que la disfrutéis, que uno no va a Wakanda todos los días.

NOTA: 6,5

CRITICA: GODZILLA, EL REY DE LOS MONSTRUOS

En 1954, producida por los estudios Tōhō surgió la primera cinta de Godzilla, un enorme dinosaurio mutante fruto de la radioactividad que se convierte a su vez en héroe y villano japonés. Dicho personaje se convirtió en un icono oriental del cine y del subgénero del kaiju , el cual dio pie a multitud de cintas donde Godzilla se zurraba con otros monstruos y/o destrozaba ciudades japonesas.

Tal y fue la popularidad del personaje que Hollywood también adaptó el personaje en los 90 después del boom dinosaúrico de Jurassic Park de la mano de Roland Emmerich. No obstante, la cinta no convenció y tuvo que pasar una época hasta hacer un reboot de la franquicia, mas adecuada que nunca dado el contexto geopolítico y económico de hoy. No obstante, para un servidor no le convenció mucho la versión de Gareth Edwards, debido a una búsqueda de trascendencia y verosimilitud, que creo que mal encaja en este tipo de productos y al hecho de querer ser una película de monstruos casi sin monstruos (o al menos con poco metraje de Godzilla) y enfocándose en unos roles estereotipados hasta la médula, con todo lo que conlleva.

Por fortuna, considero que Godzilla: Rey de los Monstruos, dirigida por el director de Krampus mejora muchos aspectos de su predecesora y la convierte en un producto mas entretenido aunque con algunas decisiones discutibles dentro del marco de la propuesta. Y es que a esto no se le puede pedir la verosimilitud de otros blockbusters porque juega con otras reglas desde su premisa, ya que todo es un pretexto para el espectáculo visual palomitero donde grandes actores de occidente y oriente se reúnen para una simbiosis fílmica en forma de montaña rusa de monstruos. En definitiva, el cine como acumulación de set pieces sin mas pretensiones a pesar de sus reflexiones medioambientales.

Conscientes de ello, los actores defienden en medio de la vorágine «sus personajes» en el tablero aunque en esta ocasión se establece un equilibrio entre los «intensos» como Kyle Chandler y Ken Watanabe (con un punto paródico debido a su hiperbólica trascendencia) y Thomas Middleditch (el protagonista de Sillicon Valley adapta muchos tics de su rol en la HBO) o Bradley Withford como contrapunto cómico (ambos hacen suficiente para rebajar un poco el asunto). Caso especial la trama de Vera Farmiga defendiendo las decisiones del guion mas surrealistas del film (si nos podemos analizar el libreto de Zach Shields, Max Borenstein y el propio Michael Dougherty  no pararíamos pero en este caso es una excusa) o una Millie Bobby Brown demostrando que lo de Stranger Things no es un espejismo y que tiene madera de estrella, sin olvidar las aportaciones de actores como Charles Dance, Sally Hawkins, David Strathairn o Ziyi Zhang como la doctora Chen. Así pues en Godzilla : Rey de los Monstruos los personajes son planos, si, pero al menos están mejores respaldados que antaño.

Pero no nos olvidemos. Aquí, los protagonistas son los monstruos y, en ese sentido, esta nueva entrega de Godzilla también es mucho mas generosa con el espectador. Personalmente, pienso que lo mejor del film es tanto el apartado visual (cuya propuesta visual a cargo de Lawrence Sher creo que es mucho mas interesante que la imagen gris y polvorienta del film anterior) como el mayor protagonismo de los Titanes, monstruos inspirados en el folklore oriental y que dan mucho mas peso en la historia. Aunque,  por otro lado, creo que su clímax alargado en búsqueda de la cuadratura de la épica es lo que menos logrado de este film; ya que creo con 90 minutos esta entrega de Godzilla (y de ese monsterverso de Legendary que por ahora no tiene aún claras conexiones aparte de la escena postcréditos de Kong) hubiera quedado mas redondo  esta clase de film. Pero como bien sabe el espectador habitual de blockbusters, eso es algo muy común en el cine actual….

Aun así, el film de Michael Dougherty es un buen entretenimiento con un ritmo ágil (sobre todo en la primera hora) que hará las delicias de los amantes del kaiju, la mitología oriental (ojo a las escenas submarinas, todo un hallazgo) y a los que disfrutan viendo migas de nuestro presente en la ficción actual.

NOTA: 6

CRÍTICA: ENOLA HOLMES

Cuando en 1887, sale Estudio en Escarlata, el autor Arthur Conan Doyle inventa a Sherlock Holmes, un detective superdotado que se convierte en un rol de ficción icónico literario. El detective londinense, además de responder a un arquetipo de investigador cerebral era un intelectual de lo más peculiar lleno manías, que conocimos gracias a la mirada de su compañero de piso y aventuras, un Doctor Watson, narrador tanto de sus varias novelas como de sus relatos cortos sobre el personaje y su mundo. Gracias a eso conocimos a otros personajes del “sherlockverso” como pudieran ser el detective Lestrade, su hermano Mycroft, Irene Adler…  …pero nunca a Enola Holmes.

Y es que Enola Holmes es un personaje nacido mucho después del canon original establecido por Conan Doyle. Fue creada por Nancy Springer, una escritora de literatura juvenil en 2007, año en que se inició una saga juvenil “apócrifa”, donde Sherlock Holmes tiene una hermana pequeña con habilidades similares a las de su hermano detective. De ese modo, Conan Doyle crea una versión alternativa del mundo Sherlockiano aprovechando el “fair use” de una obra instalada en la memoria colectiva y crear una visión alternativa dirigida a un target teen y con una mirada de la época victoriana presentista con la época transmedia que vivimos.


Es por eso que, debido al éxito de esta, sale Enola Holmes, adaptación literaria de la obra de Springer (a su vez basada en la obra de Doyle) que usa el reclamo de Millie Bobby Brown (la Eleven de Stranger Things) para crear una aventura teen en el mundo Sherlock con la hermana del detective de Baker Street, que en el fin es interpretado por Henry Cavill y acompañado por Sam Claffin como Mycroft y Helena Bonham Carter como la madre de los Holmes.

Una vez puestos en situación, hablemos de la película. Todo empieza cuando Enola, la hermana adolescente de Sherlock Holmes, descubre que su madre ha desaparecido, y emplea sus dotes detectivescas sherlockianas para descubrir su paradero. En medio de esa investigación, Enola se cruza con un lord inglés y tiene que huir de las “garras” de un Mycroft que quiere internarla (donde Sam Claffin parece el tío de Harry Potter, by the way). Este es el punto de partida de una película entretenida, que cumple su propósito como pasatiempo ligero, pero que, bajo mi punto de vista, empieza a presentar ciertos problemas de desarrollo. Y es que se trata de una cinta de 2 horas con tres tramas que parecen tener el mismo protagonismo en pantalla y cuya vinculación acaba siendo más bien forzada.

Dicho esto, voy a empezar con lo menos bueno. Creo que Enola Holmes hubiera funcionado como serie de TV o como film de 90 minutos o menos. Pero sus 2 horas de metraje y el hecho de querer darle peso a todas las tramas, lastra el ritmo. A partir de que el film crea el ecuador hay un bajón importante. Da la impresión que no hay una verdadera progresión en los eventos más allá de ser un carrusel de secuencias que si bien son resultonas tanto por el cast como por la edición y la ambientación victoriana, son bastante planas. Porque Harry Bradbeer, director sobretodo conocido por su trabajo en Fleabag, funciona en su faceta de director de actores y su relación con los diálogos, pero a nivel de acción, el resultado me parece muy genérico. Y si eso le sumamos algunas decisiones de libreto un tanto discutibles más allá de lo comentado, ata en corto una adaptación que podría ser más de lo que es.

Y ahora, toca defender la adaptación. Porque si, esto es una ADAPTACIÓN de, además, una ADAPTACIÓN LIBRE de OTROS TEXTOS ADAPTADOS. Es decir, que, aunque el resultado de la obra de Springer pudiera ser mejor que el de su adaptación cinematográfica (que lo desconozco ya que no leí el material que adapta, pero si Dácil en su artículo comparativo que os recomiendo), para mí eso no tiene ninguna importancia, ya que su visión apócrifa tiene coartada desde el inicio.   Y más porque como he dicho, la cinta tiene varios aciertos al respecto como blockbuster. Algunos han salido a colación como los actores protagonistas y sus dinámicas, así como la ambientación, pero hay otro factor que me parece fundamental y tiene mucho que ver con la rotura continua de la cuarta pared. Su deliberada revisión política y con apariencia ligera del canon original.

Y es que, en un momento, en este extraño 2020 donde escribo, donde los valores sociales están en revisión, no hay nada más oportuno que dar una mirada al Londres del siglo XIX, una sociedad que también sufrió una serie de cambios que marcaron el curso del siglo XX, y que por lo tanto funciona como espejo de la actual. Y es que la propia Enola es un hito feminista, surgida en una época clasista desde el sentido peyorativo de la palabra, que tuvo que luchar igual que las sufragistas por ver sus derechos reconocidos.  Y es que, si algo hace inteligentemente el film, es relacionar el movimiento sufragista que transcurre como telón de fondo con la propia Enola. Enola, es esa mujer que sale de su burbuja y entra en contacto en el mundo real, con deseos de reivindicarse como persona autónoma ante la mirada clasista. El problema, quizá, es que cuando esta contacta con el mundo real vislumbra cierta gama de grises que el film no acaba de desarrollar. ¿Quizá para una secuela? Tiene toda la pinta. Ya que el carisma de Millie Bobby Brown como Enola como su fórmula de artefacto teen la convierten en carne de franquicia, en tiempos que además de proporcionar entretenimiento, tenemos que empezar a volver a pensar.

NOTA: 6

CRITICA: BRONX


Si existieron dos industrias reformuladoras del noir en el cine occidental en la década de los 90, fueron la estadounidense (con Michael Mann y su
 Heat) y el policíaco francés con directores como Jacques Audiard o Pierre Morel, entre muchos otros. Dichas cintas se movían en la versión más pura del género (con sus tropos, claro) y eran dramas enfocados en personajes y escenarios urbanos galos, donde la moral es un concepto que, como mínimo, podíamos definir como “problemático”.

Bronx estaría en estos parámetros. Se trata de un policiaco old school donde la policía de Marsella y la mafia juegan la misma partida con cartas muy parecidas. La cinta se centra en un duro grupo de policías que parecen una mezcla entre el agente Cobra que interpretó Stallone en el cine y los moteros de la serie Hijos de la Anarquía. Entre ellos, destaca el protagonista: Richard Vronski, un policía honrado de los que no quedan, tal y como te quieren hacer mostrar en la “dudosa” escena de presentación del personaje.

La cinta no es del todo desdeñable, pero noto como la invade una sensación de piloto automático y una impostada profundidad que considero que no la beneficia para nada. Lo más destacable de la cinta es la factura, una atmósfera de tonos fríos, de interiores a contraluz, mucha testosterona y chispazos de escenas de acción seca y contundentes; realizadas con cámara en mano y su respectiva dosis de hemoglobina. El problema viene desde el punto de vista del guión, escrito también por su director Olivier Marchal (ya curtido en esta lides por films com LR73). No solo lo que nos cuenta no es nada nuevo en el género, si no que la pátina de gravedad emocional creo que no beneficia a un film que nos conocemos demasiado bien como para tomárnoslo en serio como espectadores.

NOTA: 5,5

 

CRITICA: LAST CHRISTMAS

No son tiempos fáciles para el optimismo. Venimos de una recesión económica que ha colocado la economía mundial bajo el yugo de la precariedad.  La política es una olla a presión que está reflejando ese paisaje de descontento y es por eso que la intolerancia vuelve a surgir con comodidad bajo esta nueva realidad líquida e incierta. Es por eso que en este panorama tecnológico de bombardeo de imágenes desinformadoras por saturación, cintas como este Last Christmas son un aire fresco a pesar de no inventar nada nuevo.​

Last Christmas sigue la historia de Kate, otra víctima de esta generación perdida. Desde pequeña, su sueño siempre ha sido convertirse en cantante de éxito pero tras superar la barrera de los 25 años, se encuentra amargada trabajando en una tienda de Navidad, sin casa propia y estabilidad sentimental y familiar. Sin embargo, todo cambia cuando conoce a Tom, un joven optimista que le hará cambiar la forma de ver las cosas. Como verán, la premisa no nos presenta nada nuevo y su desarrollo tampoco no es nada revolucionario ya que en el fondo, Last Christmas es la adaptación del cuento navideño clásico de toda la vida con una Emilia Clarke que navega entre Bridget Jones y el Señor Scrooge de la fábula navideña por antonomasia. Sin embargo, lo interesante del film no radica tanto en el qué si no en el como. Ya que conscientes de esto,  el director Paul Feig y el libreto de Bryony Kimmings y Emma Thompson (la última también como actriz interpretando magistralmente a la madre de la protagonista) utiliza esta historia «universal» y la lleva a los nuevos tiempos del mejor modo posible.​


Por qué ¿Cuál es el gran problema de las cintas navideñas y las rom com? Pues el hecho de presentar una realidad artificial que no refleja los problemas reales de nuestro mundo, tan retro alimentada de arquetipos que hoy en día hacen que su mensaje universal es demasiado esclava de su contexto histórico social. Y no nos engañemos. Last Christmas es lo que es y no se va avergonzar por ello: Es pura fórmula, es azucarada y te quiere vender la parte más positiva de la Navidad y de la vida. En ese sentido, no engaña a nadie y antes de pagar la entrada tenemos ser conscientes de ello. Pero  en este caso, para hacerlo, Last Christmas no te va a construir esos cimientos encima de un decorado hueco y anquilosado como el de los films de sobremesa. Durante toda la película, el subtexto de un mundo heterogéneo y precario pulula por el ambiente y también la idea de que la supervivencia radica en algo tan básico como la aceptación de uno mismo, de los demás y sus expectativas. En ese sentido, la elección de Londres como escenario y los apuntes referentes al Brexit o las últimas guerras europeas no son un hecho nada baladí. Y se agradece y aún más que todo resulte tan orgánico.​

Por que lo segundo, radica en la construcción del libreto  con una primera parte mas “gamberra”, y otra más melodramática pero que siempre va de cara a pesar de algunos de los giros de su guion, dispuestos a tocar fibras sensibles. En este punto, si bien hay algunos elementos plausibles considero que es mejor que no os destripen nada de que va el film (mejor no ver los tráilers, sinceramente) ya que parte de la “magia” del invento esta aquí. Es cierto que en esa segunda mitad me ha faltado personalmente algún golpe mas de comedia para oxigenar, pero el film sabe muy bien controlar el ritmo y la dirección de Paul Feig es ajustada y elegante; tanto como la fotografía de John Schwartzman con el nuevo modelo de Panavision Millennium DXL. Si no fuera suficiente con eso, las pegadizas canciones de George Michael que amenizan la función (¿y algo más?) se encargan de hacer un film entretenido y agradable que particularmente he visto con una sonrisa durante sus 103 minutos de metraje.​

Aunque si hablamos de sonrisa, tenemos que hablar de la protagonista. Emilia Clarke, es todo carisma en esta película. Ella lleva todo el peso del film sobre las espaldas y aunque esta  magníficamente respaldada con actrices como la citada Emma Thompson o Michelle Yeoh, la ex-Khalessi se la ve todo el rato mas cómoda que nunca en su papel, sobre todo en la faceta cómica donde vemos el lado mas torpe de su personaje. En este punto, no negaremos que existe un componente de ironía en poner a la Madre de Dragones vestida de elfo con el mohín amargado siendo víctima y símbolo de supervivencia de un sistema desestructurado. Lo que está claro es que la película no sería lo mismo sin ella y tras sus anteriores pasos en el cine, parece el lugar donde mas cómoda se la ve a la actriz británica.  Con respecto a Henry Goulding,  cumple con los estándares esperados con su misterioso personaje catalizador de la trama y esta muy en la línea de trabajos anteriores afines al género, como Locamente Millonarios.​

En definitiva, una comedia perfecta para esta época del año y aún mas el momento en el que vivimos. Aunque está lejos de los mejores clásicos británicos del género como Love Actually, la cinta cumple perfectamente su objetivo de ser un bálsamo para estos tiempos cínicos. Porque quizá Last Christmas no era la película que pedíamos a gritos, pero si quizá la que necesitábamos.

NOTA: 7