Después de su cortometraje anticorrupción, Michel Franco ha vuelto como muchos amantes de las etiquetas lo han querido llamar con"un Haneke high school". Una cinta que ha ganado el festival online mas importante de nuestro país, pero que tengo mis peros mas que grandes ante esta propuesta.
Tras perder a su madre Lucía, la joven Alejandra (Tessa Ia) se muda
junto con su padre Roberto (Hernan Mendoza), depresivo por la pérdida de
su esposa, desde la costera Puerto Vallarta hasta la capital México
D.F., intentando cambiar de vida en otro sitio lejano. Pero allí la
adolescente será víctima de bullying.
No en vano, la forma de filmar recuerda mucho al director de Amour. Una relación familiar en silencio en donde se dice mas por lo que se calla que por lo que se dice y dónde las microacciones y el costumbrismo filmado desde la lejanía es la base del proyecto.
Desde el momento en que Roberto abandona un coche por extrañas circunstancias en el inicio del film hasta el plano final de un final sorprendente pero coherente hay un buen guión; un libreto que aunque está bien estructurado lo creo algo lineal. La soledad del personaje principal es una víctima de unos "presuntos amigos" que se aprovechan de ella para abusar de ella, torturando psicológicamente que no saben discernir entre lo que es una broma de lo que es un acto inmoral y despreciable contra un ser humano ( y reiterado). Esa soledad también es un contrapunto del personaje del padre que también tiene su propio calvario aunque esta vez sólo interior; lo que hace que el resultado de dichos pilares aunque siendo un tanto mónotono. Los dos están de luto y lo pasan mal. No hay un contraste suficiente marcado en los dos roles principales que levantan el relato.
NOTA: 4
Ya hemos hablado de ese final varias veces amigo Joan, en concreto a mí no creo que intente mostrar nada en concreto el director. Para mí es lo más interesante de la película, que por otro lado me parece muy fría , plana y previsible.
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