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domingo, 28 de abril de 2013

CRÍTICA: IRON MAN 3



El éxito de la primera Iron Man fue una concatenación de una serie de elementos que descifraron los gustos del público actual ( y lo hizo además llena de frescura y espontaneidad) : La búsqueda de un antihéroe al estilo House, el humor frente otras versiones más ampulosas de adaptaciones comiqueras y un actor en estado de gracia que disfrutaba convirtiendo su alter ego personal en la perfecta adaptación del playboy millonario que Stan Lee creó en 1963: Tony Stark. Este hecho, hizo que los productores encargaran enseguida dicha secuela pensando más en ella en un producto para su macrooperación comercial que seria los Vengadores que para darle entidad propia y que el guionista Justin Therox en mi opinión no supo transmitir progresión suficiente y naturalidad para pasa del correcto entretenimiento.

Es mejor no hablar demasiado del argumento porque el film tiene un montón de giros ingeniosos a partir del final de su primer acto tan brillantes como coherentes. Tan sólo diremos que Tony Stark/Iron Man se enfrentará a un enemigo cuyo poder no conoce límites y que le pondrá a prueba más que nunca. El resto será mejor que lo descubran ustedes mismos: mas acción que nunca, más oscura que nunca pero también sin olvidar el humor marca de la casa que encuentra el equilibrio durante todo el metraje de manera pasmosa. Tanto como la reflexión socio política que se marca el film de los síntomas propios de la era en que vivimos. Inaudita en el cine palomitero.

Poco más diremos de este Iron Man. Que la vean. Que la disfruten. Que es el show de Downey Junior y del guionista/director Shane Black (el último Boyscout, Arma Letal). Que sus secundarios y hallazgos también funcionan. Aquí por suerte, a diferencia de la segunda entrega no tenemos a Tony Stark envasado en el vacío. Tenemos la montaña rusa que pedíamos para darle un broche de oro a la saga. 

Nota: 8,5





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