La personalidad fílmica de Guillermo del Toro es la de un niño grande. Uno que sigue disfrutando con jugar aún con munecos ya sean vampiros mutantes, demonios fumadores o en esta ocasión robots y godzillas del tamaño de un rascacielos. Pero lo mejor de todo es que sabe filmar esta clase de historias como pocos. Aquí lo vuelve a hacer. Técnicamente el film es oro puro. Otra cosa es el libreto en el mejicano canaliza su visión cinematográfica...
Y es que por si no había quedado claro, espués de ver este film queda claro que Guillermo del Toro es tan bueno como el material que tiene entre manos. Si en el laberinto del fauno firmó su mejor obra con diferencia grácias a su guión de hierro; en este anime superficial y autoconscientemente rîdiculo no va ser sentar catédra en el séptimo arte. Es un producto palomitero hueco pero sin la única pretensión de entretener y divertir al espectador. Y al menos este crítico disfrutó de lo lindo durante los 130 minutos de metraje. Pasaron en un suspiro.
Además, el director de Hellboy sabe usar los mecanismos narrativos con inteligencia y economía. La contextualización y la compleja iconografía del mundo del film nos lo presenta en los primeros 5 minutos, antes de ver el título del film en pantalla. Todo empieza en el año 2020, cuando la Tierra es atacada por Kaijus, monstruos colosales que han surgido a partir de un portal inter-dimensional en el fondo del Océano Pacífico. Para luchar contra los monstruos, la humanidad col.labora para crear a los Jaeger: unas gigantescas maquinas humanoides, cada una controlada por dos pilotos cuyas mentes están unidas por un puente neural. Después de unos trágicos incidentes que marcan la vida de un piloto llamado Raleigh Becket ( Charlie Hunman de Sons of Anarchy), los Jaeger deberán a enfrentarse con la peor ofensiva de Kaijus hasta la fecha.
Los personajes son estereotipos pero visto desde el prisma del humor autoconsciente. Desde el protagonista Raleigh pasando por un Idris Elba fantástico como Mariscal Stacker Pentecost y el máximo motor emocional del film; Mako Mori encarnada por Rinko Kikuchi. No faltan los secundarios robaplanos como Ron Pelman, el actor fetiche de Guillermo del Toro u otras presencias "amiguetiles" que le dan al producto un aire familiar, de aquel que disfruta con lo que está contando. Además, las escenas de acción usa planos abiertos para no confundir al espectador como a veces nos tiene acostumbrados el cine de acción. Sin embargo, su condición de producto de manual también hace que mas allá de su ejecución, hace que el film sea esa "caipirinha" veraniega que se disfruta mucho pero no deja huella. Como los buenos cócteles refrescantes.
NOTA: 6,5
Buena nota A mi "Pacific Rim" me encantó. Visualmente es impactante, y me asombré con cada toma, cada fotografía, cada detalle. Las escenas de acción son maravillosas porque SE ENTIENDEN (a diferencia de lo que hace Mr. Michael Bay en sus películas).
ResponderEliminarPor sobre todo, me gustó la idea de la cooperación internacional y que no sea “Estados Unidos” el único país capaz de salvarnos de una invasión.
Toda la historia es una excusa para homenajear a las clásicas películas japonesas de monstruos. Muy entretenida.
Te invito a mi propio análisis de "Pacific Rim" en mi página: http://on.fb.me/1eDPh4L
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