A veces, a uno le dan ganas de tirar la toalla a la deriva hacia donde va la sociedad. Igual que el personaje de Luca que dobla en esta película Sacha Baron Cohen en la cinta original, hay gente que vive en las profundidades, en un sesgo cerrado y absurdo y son incapaces de ver la luz del sol. Un sesgo configurado a partir de un axioma: la normalidad. Una normalidad basada en un arquetipo muy definido como modelo único. Sí, estamos hablando de los humanos blancos heterosexuales y neurotípicos. Y ojo, serlo no es nada malo. El problema de esta sociedad de herencia patriarcal es que a los demás modelos se les considera inferiores al citado o, incluso, no se les contempla su encaje social; causando rechazo. Algo que es inaceptable desde cualquier punto de vista y que hay combatir a toda costa por el bien de todos. Por suerte, las voces discordantes al pensamiento monolítico cada vez alzan más la voz y Luca, aun siendo consciente de lo que es, es una de ellas. Y es justamente esto de Luca lo que me más me ha enamorado de la cinta: la forma cómo cuenta lo que cuenta.
Antes que nada, un aviso a navegantes. Es cierto que muchos cinéfilos vieron, tras contemplar las primeras imágenes de la película, su paralelismo con la reciente Call Me By Your Name. La idea de dos jóvenes (en realidad niños) disfrutando del verano en un idílico pueblo italiano costero hizo pensar a más de uno en, quizá, una historia similar a aquella pero orientada a los más pequeños. Y es algo que podría encajar en la nueva línea que propone Disney (con matices) con cortos como The Little Princess, que contiene el catálogo de Disney Plus, en donde sí se trata directamente la diversidad de la identidad sexual. Pero no es el caso de esta cinta. No, Luca no es una historia queer, pero sí que tiene los suficientes elementos para poder interpretarse como tal. Su director así lo explicó en declaraciones para ScreenRant: «Pensamos mucho en tener que mostrar tu monstruo marino como aceptando tu propia diferencia, y como una metáfora de cualquier cosa… Nos encanta que la idea no sea demasiado específica, pero es de esperar que sea universal, porque puedes aplicar tu propio prisma «. De ese modo, Luca es una cinta cuyo mensaje puede funcionar tanto de reivindicación del colectivo LGTBI como por colectivos neurodiversos dentro del aspecto autista o discapacitados físicos entre otros. Un ejemplo de esto último es el padre de Julia, cuyo personaje nació con un solo brazo y cómo aborda esto la película. Y es que en algo tan sutil como esto se encuentra las claves de la película.
Porque esta cinta es la historia de Luca, un niño monstruo marino con la capacidad de asumir una forma humana mientras está en tierra y que sale a la superficie al conocer a Alberto, otro niño con la que vivirá un verano de ensueño en la costa italiana de los 60. Algo que nos remite a otras historias Disney sobre la diferencia, como la Sirenita, pero mezclado con una clásica historia de amistad, superación y villanos a lo Gaston que representan lo peor de la sociedad. Pero más allá de esa historia clásica con guiños al cine de los 60 (en la cinta salen referencias a la Strada o a Vacaciones en Roma), Luca tiene una codificación contemporánea y su mensaje global es mas importante que nunca. Y el hecho que se trasmita con tan aparente ligereza creo que es incluso mas estimable que la densidad conceptual que la también por otro lado brillante cinta Soul de Pete Docter.
Con el resto poco que añadir. Formalmente es una delicia, fruto de un gran trabajo de preproducción de Pixar (no se pierdan ni la secuencia postcréditos, ni el making off de la documentación que realizaron de la costa italiana en la sección extras de la plataforma). Uno siente el paisaje idílico como un personaje mas, y eso se transmite en otro elemento que también es una de las claves de la cinta: su nostalgia por una infancia de ensueño, que vista con los ojos de un adulto, puede ser tanto un recuerdo de aquello que se ha perdido como un impulso por recuperar ya en la madurez un mundo donde lo distinto no sea motivo de rechazo; si no de celebración de la identidad humana y de la vida, como lo es la propia cinta de Luca.
No se la pierdan. Gracias Pixar again.
NOTA: 9
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