En el surf, un Tres60 es un giro de 360 grados encima de una ola que realiza un surfero sobre su propio eje. Dicho término lo emplea en su ópera prima el director vasco Alejandro Ezcurdia para realizar una metáfora sobre las consecuencias que traerá un carrete de fotos a la vida de Guillermo; un joven surfero interpretado por Raul Mérida. Un viaje donde la intriga heredera de la literatura juvenil se apodera del libreto de Luiso Berdejo para revalorizar el blockbuster teen made in spain. Y el film lo consigue con creces con obra muy por encima de la media de su estirpe; gracias a varios logros bastante inusitados en nuestro mainstream.
Para empezar, los actores. Tres60 nos trae caras nuevas en sus papel protagónicos (Raúl Mérida y Sara Sálamo). En el caso del primero, lleva todo el peso del film con una calidad envidiable gracias al pensamiento interno que hace gala; dónde es capaz de darle relieve al estereotipo de su rol y volverlo real, cercano e incluso sutil. Su partenaire femenino que interpreta a Daniela, aporta frescura y espontaneidad isleña. Ambos forma una pareja joven de gran calidad actoral donde para variar no vemos a los actores recitar el diálogo de forma inteligible si no con claridad y verdadera intención. Algo menos habitual de lo que debería ser en nuestro cine y más en produciones destinadas a este público. Otras caras más habituales como Adam Jezierski (en su rol cómico habitual pero efectivo como de costumbre) u otras presencias más veteranas como Joaquín de Almeida y una sorprendente Gerarldine Chapin redondean el elenco, una de las grandes bazas del film (sin olvidar al niño prodigio Guillermo Estrella cuyo desparpajo ante la cámara es muy destacable).
Pero el film es mucho más que sus actores. La clave siempra radica mayormente en el libreto; en este caso tenemos uno que empieza y avanza
con pausa pero sin prisa y nos transporta a las historias de los Cinco de Enid Blyton o Alfred
Hitchcock y los 3 investigadores de Robert Arthur ( aunque poco a poco todo se irá volviendo mas oscuro y menos luminoso). Gracias a una magnífica factura y dirección
de Alejandro Ezcurria y sobretodo a una fascinante partitura de Roque Baños que
nos transporta con su clasicismo a los referentes que el film alude. Todos los
elementos se juntan para firmar una cinta de evasión pero de alma de carne y
hueso.
No obstante, y aunque de forma más secundaria, el film cae en algunos tópicos del cine de adolescentes actual como la parte surfera; algo impostado en el film pese a la metáfora del título y alguna decisión de guión de justificación como mínimo discutible. Cosas que pulir pero muchas menos de los que nos podríamos esperar de un producto de esta características. Porque si me preguntan cuál es la gran sorpresa del verano no tendré dudas: Tres60, el inesperado caballo ganador entre tanto cine palomitero estadounidense.
No obstante, y aunque de forma más secundaria, el film cae en algunos tópicos del cine de adolescentes actual como la parte surfera; algo impostado en el film pese a la metáfora del título y alguna decisión de guión de justificación como mínimo discutible. Cosas que pulir pero muchas menos de los que nos podríamos esperar de un producto de esta características. Porque si me preguntan cuál es la gran sorpresa del verano no tendré dudas: Tres60, el inesperado caballo ganador entre tanto cine palomitero estadounidense.
NOTA: 7,5