Aunque su estructura pueda hacernos prever, que esta es otra cinta de reformatorio siguiendo el cliché del melodrama mas televisivo, esa no es " Las vidas de Grace". Porqué amén de huir de la estética telefilmica o ahogar la historia en el postureo de la peor versión del cine " indy", lo que le importa a esta cinta son que los personajes nos cuenten lo que callan con realismo, humanidad pero sobretodo esperanza.
En el primer dia de Nate, conocemos a Grace, una chica que trabaja como supervisora en un centro de acogida para adolescentes en situación de vulnerabilidad. La entrada del nuestro supervisor ingresará en el centro Jayden, una chica inteligente y rebelde, Grace descubre que no puede seguir dando la espalda a los problemas propios que arrastra desde su propia infancia,
Destin Daniel Cretton escribe esta historia de apariencia sencilla peró con unas escenas que funcionan juntas y separado por la autenticidad que respiran. Lo hacen a través de su planificación que usa la cámara en mano (en su justa medida) paraaportar no solo verosimiltud si no la agitación de las que sus personajes no pueden escapar. Ellos ocultan sus cicatrices pero sus manos le delatan. El cineasta está tan atento a los detalles que sabe cuál tiene que ser el siguiente plano para seguir contar cosas sin sobrexponer de material superfluo al espectador.
Además, no está solo. El director y guionista nacido en Hawai sabe que no sólo tiene un gran libreto; ya que tiene unos actores entregados para la causa. Los intérpretes jóvenes están de aplauso pero lo de la pareja protagonista es de ovación. Es menos habitual de lo que parece ver como dos actores se desnudan emocionalmente como lo hacen John Gallagher Jr. y Brie Larson. El primero no puede ocultar a través de su encantadora verborrea (que nos recuerda un poco a los recitales que realiza en The Newsroom) que es un alma herida, redentora, pero aún traumada. Mas aún esta, la protagonista, el corazón del relato, una Brie Larson espectacular con un personaje tan bien construido que no sólo se funde en nuestra memoria si no también en la línea que la espera con sus pupilos de acogida. Eso si, interpretativamente Rami Malek tiene que lidiar con el rol menos agradecido: un mero macguffin para contar ciertos aspectos de la trama que poco le dejan lucir, convirtiendóse en lo mas desdibujado y prescindible de la propuesta. Eso si, con secuencias tan brillantes como el cuento infantil macabro que le cuenta Jayden a Grace...¿quien quiere mas? Eso es el cine, un arte valiente pero necesario, luminoso y humano como lo tiene esta cinta a reinvidicar.
NOTA: 8,5
Vistas de página la semana pasada
domingo, 13 de julio de 2014
lunes, 7 de julio de 2014
CRÍTICA: DÍAS DEL FUTURO PASADO
Cuando
Bryan Singer dejó la tercera entrega de X-Men en la preproducción para coger
las riendas del nuevo Superman, la franquicia mutante se derrumbó
cinematográficamente en un efectismo de formas y contenido, para muchos
indignante. I es que el fin de esa franquicia atmosférica, sutil, con trasfondo
social que marcó época, se dio de bruces con una aparatosidad anti climática;
cerrando el ciclo de esos grandes personajes con un desdén mayúsculo. Y el
primer spin off de Lobezno mejor ni hablemos...
No
es hora de señalar "culpables" pero si es hora de solucionar el
problema, aunque sea 8 años después. Hemos necesitado una especie de precuela
(casi tan buena como el original aunque con un tono distinto, más festivo) para
llegar aquí pero sí, por fin, hemos llegado. Singer cierra el ciclo casi una
década después con una (imperfecta, si) pero espectacular espectáculo de CINE
que reconfigura el universo mutante.
Y es que después de un prólogo con una explicación hiperdescriptiva (lo peor de
la cinta) Lobezno aterriza en 1973 en una escena vodevil gangsteril y empieza el show. Y aunque personajes como
Mercurio casi eclipsan al conjunto y la película sabe que J. Lawrence es mejor
Raven que Mística, el conjunto funciona. Y lo hace por varios motivos. Porque
aunque el film haya 50 personajes, el villano e incluso Lobezno son un
macguffin, para contar la verdadera historia del film, que ya se inició en
X-Men, Primera Generación: la relación Xavier-Raven-Eric, que representa la
base no solo sentimental si no moral de la historia. Aunque los 3 actores
cumplen perfectamente, es aquí dónde James Mcvoy quien destaca del tridente con
diferencia, convirtiéndose en el rey de la función. Así pues, X Men Dias del Futuro de la Saga no és quizá la mejor de la saga pero si el blockbuster que reconcilia al fan con la saga. Gracias Sr Singer.
NOTA: 7
domingo, 6 de julio de 2014
CRÍTICA: UN LARGO VIAJE
Colin Firth presentó dos cintas en la sección
oficial de la edición núm 61 del Festival de Cine San Sebastián. Muchos se
sorprendieron al ver que el autor no se acercó a la Concha para promocionar
ninguna de ellos. Viendo el resultado final, se entendió el porqué. Difícil
creer entender de un actor con el talento de Colin Firth ( después de ganar su
óscar por el Discurso del Rey) escoga un film tan desganado como este " Un
largo viaje; dónde encarna a Eric Lomax un oficial del ejército británico
que fue apresado por el ejército japonés en Singapur durante la Segunda Guerra
Mundial.
Interpretado en la versión joven del rol (en
un largo flashback que ocupa un 1/3 del film) por Jeremy Irvine, Lomax es
obligado a hacer trabajos como esclavo, en la construcción del ferrocarril que
uniría Tailandia con Birmania. Fruto de este pasado de guerra, marcará su
carácter taciturno que afectará a su yo actual (Firth haciendo de Firth) tanto
como por sus antiguos compañeros como por Patricia Lomax, su esposa. Y si,
la actriz que interpreta a la esposa es Nicole Kidman en un rol con piloto
automático, como nos malacostumbra la actriz en los últimos años, en
contraposición con aquella etapa donde cada rol que tocaba era oro al estilo
Rey Midas. Pero por un romper una lanza a favor de la actriz de Moulin Rouge, ya hace bastante con el personaje plano y sin matices que tiene que defender en esta ocasión.
NOTA:3
CRÍTICA: OPEN WINDOWS
Es difícil de encontrar
palabras para definir una propuesta como esta. Y aun más, prácticamente imposible
obviar todo el contexto de una cinta tan autoconsciente como esta del mundo de
la industria cinematográfica actual. Así pues la mejor forma de entender Open
Windows empieza por el backstage y termina por la valoración subjetiva de este
cronista a la salida de la sala del cine; el cual simplemente quiere pasar 90
minutos de entretenimiento olvidando los posibles entresijos del mismo y
valorando únicamente, el resultado en la pantalla. Pero tal y como he dicho, en
Open Windows, es imposible.
Imposible porque, sobre todo desde los primeros minutos, Nacho Vigalondo lo deja claro: esto es un egotrip sobre él y sus amigos como si fuera un Ocean Eleven patrio, aunque resultados mucho más pretenciosos y bajo mi prisma, absolutamente fallidos. Vigalondo sueña con hacer un cinta capaz de romper el lenguaje cinematográfico y encumbrar el explotation; con violencia, voyeaurismo sexual y rock and roll. Sin embargo, el libreto se pierde no sólo argumentalmente gracias a una jerga inteligible (sobre todo a partir del minuto 40) si no que estira su premisa porque su enfoque no funciona desde el momento en que empieza el show. Básicamente a partir del minuto 15, donde asistimos a una secuencia de acción vista desde diferentes puntos de vista a la vez. Y es aquí donde me doy cuenta que todo el montaje no va a funcionar al menos conmigo. ¿Porqué? Pues porqué el exceso de información, reduce la tensión bajo cero la misma, desconectandóme de todo lo que pasa en la pantalla ya sea un truco o no. En definitiva: lo que hubiera funcionado desde el punto de vista tradicional, considero que no funciona para nada en el nuevo estilo del film.
Pero a partir de ahí la cosa no mejora. Todo al contrario. El invento está destapado a las primeras de cambio y aunque cambie la cámara, la idea de múltiples ventanas apenas variará. Tampoco la pantalla partida al estilo de la série 24 funciona. Porqué si se estira tanto el recurso hasta la extenuación como aquí ocurre, uno no puede focalizarse en nada ni de un punto de vista no ya emocional sino argumental. Sólamente hay la excepción de algunos minutos de cámara subjetiva. Sin embargo, estos nos recuerdan a la última versión de Maniac dónde el mismo Elijah Wood hacía otro slasher que el firmante preferia olvidar.
Y hablemos de lo que me parece un mal endemico que está afectando al género y que viene ser el talón de Aquil.les de esta troupe de directores que aunque considero de gran talento, desaprovechan su potencial: Los guiones; y más concretamente, su concepción del " todo vale" como juego fílmico. Dicho peaje conlleva la suspensión de incredulidad a niveles estratosféricos. No es que la película haga concesiones. Si no que como ocurria con Grand Piano, lo reduce todo a una série de disparates que me alejan aun más del conflicto. Sin ir mas lejos... ¿Porqué algunos personajes acaban teniendo una estulticia tan descomunal, al servicio de la "trama"? ¿Porqué me da la impresión que todo pasa por que sí, obviando cualquier desarrollo mínimamente lógico? Rara vez se justifica con éxito y si es con carisma al estilo de los producciones action hero, aún la estoy esperando.
Asi pues, nos encontramos con el abismo: Vigalondo navega 97 minutos durante esa peripecia sin encontrar NADA. El realizador nominado al óscar juega con traspasar el límite pero los daños colaterales son demasiado considerables. Ni un montaje elaborado para imprimir ritmo, ni sus puntos de giro constante enmascaran que las secuencias llena de capturas de pantallas irritantes y otros recursos pixelados sean un castillo de naipes tan aparatoso como hueco. Es como si Vigalondo hubiera inventado un esperanto llena de tantos errores que en vez de ser útil para entenderse, es para justamente lo contrario. Quizá ese goce barroco gustará a los incondicionales de la explotación cultural pero los que buscamos sobretodo propuestas de otro tipo seguiremos esperando que alguien innove con resultados mas óptimos y mas concordes con nuestra concepto del cine.
NOTA: 1
jueves, 3 de julio de 2014
CRÍTICA: NEW WORLD
En Corea del Sur, hace un tiempo que a la hora de hacer cine de género mainstream le ganan la partida la mayoría de veces al made in USA. Hay de todo naturalmente ( personalmente, la celebrada Nameless Gangster no me convenció nada) pero sus bases exploran otros territorios diferentes y que acaban resultando mas provechosos. No tienen tanto dinero pero son mas valientes, mas originales y sobretodo saben que la base de una buena película está en el guión y los personajes. Algo que desde estas líneas, este cronista siempre ha defendido y defenderá...
Y una de las lecciones por las que tienen la lección tan bien aprendida es que beben de los clásicos y los reciclan sin tapujos. Ese cine que de los años 70 a los 90 encumbró el cine americano a una de sus etapas mas interesantes de su historia y por lo tanto de la história del invento de los Hermanos Lumiére. Como este New World que no esconde sus influencias. No sólo hay mucho de Infernal Affairs ( o Infiltrados para el espectador occidental) si no de " el Padrino" de Coppola que homenajea sin piedad en esta historia de succesiones gangsteriles y que se centra en las siguientes piezas del tablero: Lee, el detective infiltrado en la mayor banda criminal del país, Choi Min-sik encarna a su mentor el detective Kang, y por último, uno de los candidatos mas factibles: Hwang, el segundo al mando de la banda criminal.
Este último personaje es el mejor construido a lo largo de 135 minutos de un film que se cocina a fuego lento pero para estallar convenientemente (con una secuencia de acción de matrícula) a pesar de que alguno de los giros de guión acaben siendo demasiado forzados o limiten demasiados los personajes. Y es que si hay que ponerle algun pero a este guión amén de cierta previsibilidad final, son esos puntos de giro que sacrifican un tanto el desarrollo de algunos roles. Y no es que se les vaya de la manos pero a veces da la impresión que aún podía haber sido mejor. Pero lo que parece innegable es como consigue atrapar el interés con pulso, forma y acting el cineasta Hoon-jung Park durante el metraje. díficilmente se podría dirigir mejor la orquestra...
En definitiva: una gran labor del equipo algo lastrada por los caprichos de un libreto casi perfecto que deja un gran sabor de boca. Asi pués, New World resulta ser un típico plato coreano con los ingredientes bien escogidos y en su punto que, sin embargo, aunque no será el mejor que tomareís en vuestra vida es de los que dan ganas de repetir...
NOTA: 7,5
Y una de las lecciones por las que tienen la lección tan bien aprendida es que beben de los clásicos y los reciclan sin tapujos. Ese cine que de los años 70 a los 90 encumbró el cine americano a una de sus etapas mas interesantes de su historia y por lo tanto de la história del invento de los Hermanos Lumiére. Como este New World que no esconde sus influencias. No sólo hay mucho de Infernal Affairs ( o Infiltrados para el espectador occidental) si no de " el Padrino" de Coppola que homenajea sin piedad en esta historia de succesiones gangsteriles y que se centra en las siguientes piezas del tablero: Lee, el detective infiltrado en la mayor banda criminal del país, Choi Min-sik encarna a su mentor el detective Kang, y por último, uno de los candidatos mas factibles: Hwang, el segundo al mando de la banda criminal.
Este último personaje es el mejor construido a lo largo de 135 minutos de un film que se cocina a fuego lento pero para estallar convenientemente (con una secuencia de acción de matrícula) a pesar de que alguno de los giros de guión acaben siendo demasiado forzados o limiten demasiados los personajes. Y es que si hay que ponerle algun pero a este guión amén de cierta previsibilidad final, son esos puntos de giro que sacrifican un tanto el desarrollo de algunos roles. Y no es que se les vaya de la manos pero a veces da la impresión que aún podía haber sido mejor. Pero lo que parece innegable es como consigue atrapar el interés con pulso, forma y acting el cineasta Hoon-jung Park durante el metraje. díficilmente se podría dirigir mejor la orquestra...
En definitiva: una gran labor del equipo algo lastrada por los caprichos de un libreto casi perfecto que deja un gran sabor de boca. Asi pués, New World resulta ser un típico plato coreano con los ingredientes bien escogidos y en su punto que, sin embargo, aunque no será el mejor que tomareís en vuestra vida es de los que dan ganas de repetir...
NOTA: 7,5
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