Ricki es una guitarrista que lo abandonó todo para alcanzar su sueño de convertirse en una rock star. Lo consigue a su modo, haciendo covers en un pub . Su ex marido Pete le pide que viaje hasta Chicago para visitar a Julie, la hija de ambos, pues se está divorciando y necesita apoyo.
La actriz ganadora de tres Oscar se convierte en Ricky y su implicación es de estatuilla. Aprendió a tocar y a cantar como un autentica cantante de rock y, encima en la cinta, actúa en directo, proporcionando auténticos videoclips que suenan muy bien. El problema es que a veces da la impresión que alguno de esos momentos está de más en la narración, porque respecto a eso, no termina de explorar ninguno de los filones.Porque en cuando la película parece encontrar en sus bazas en la química entre Streep, Kevin Kline y una lacónica Mamie Gummer (la hija de la actriz en la vida real) empieza a explotar otros derroteros que no parecen llevarla a ningún sitio. El final, lo hallo tan facilón como efectivo y considero que revela un conservadurismo que el film intenta criticar pero sin excesivo acierto.
Porque pienso que drama y comedia nunca acaban de casar en este film, con un sentido del humor diluido y que rara vez deja sacar su ironía latente. Mientras, Demme le da empaque a la propuesta, pero no veo mas allá de algunos videoclips amenos e fugaces momentos de drama o comedia genuinos. No obstante, quien busque un drama ligero este verano con buenas interpretaciones y algun momento emocionante, lo pueden encontrar en este Ricki.
NOTA: 5
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