Justamente,
es el relato lo menos especial de la propuesta, a pesar de su carga
humanista. Thomas Jacob, un cantautor de fama mundial ( un cruce entre
Joe Cocker y Nick Cave) regresa a Dinamarca para grabar un nuevo álbum y
reunirse con la hija de la que se distanció. Ella le presenta a Noa, su
hijo de 11 años antes de que sus vidas cambien para siempre....Como
pueden comprobar, nada nuevo bajo el sol. Pero la emotividad de la
historia funciona, sobretodo en los momentos dónde una cámara sobria
pero precisa cierra el plano en los personajes para transmitir sus
sentimientos de forma antropólogica o cuando los libera a la lejanía de
sus cargas emocionales. Un sistema similar al que usó Fernando Franco en
" la Herida" aunque estamos ante una cinta muy diferente..
Se trata de
un ejercicio de estilo de drama al estilo nórdico donde sus rasgos mas
virtuosos se ponen al servicio de una historia sencilla. El resultado
dista de ser la octava maravilla pero es una lección de buen cine con un
Mikael Persbrand magnífico, una historia "bonita" ( y para que negarlo,
necesaria) con unos ajustados 100 minutos de metraje y una BSO de
escandálo.
¿Aún no se la ha vendido?
¿Aún no se la ha vendido?
NOTA: 6,5
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