Muy a su pesar, la figura de Stephen Hawking, amén de sus
hallazgos científicos tan complejos por forma como poco mundanos, siempre ha
sido un ejemplo de superación vital. El hecho de que este físico se haya
convertido en la eminencia que es en su materia, a pesar de su enfermedad, le
da un valor añadido a la figura, de cara sobre todo a los que somos unos
negados en el tema. Es por eso que este biopic está mucho más pensado para el
público general que en los aficionados a la materia. Sobre todo porque el film
está más bien enfocado en tercera persona que en primera como la mayoría de los
biopics.”No en vano, "La teoría del todo" está basada en una novela
autobiográfica de Jane Hawking acerca de su enamoramiento y convivencia con el
“descubridor” de los agujeros negros; y así su visión es más popular que
científica ya que vemos a Hawking a través de los ojos de ella y no de él, como
suele ser habitual.
Sin embargo, el film tampoco
reduce a la ciencia a un mero macguffin, si no que la confiere su parcela de
protagonismo, al conformar la pareja como un ente para luego ir desmantelando
sus perspectivas en seres individuales y ofrecer una versión más contrastada
del conjunto. El resultado es, en esencia, un melodrama romántico y una
historia de superación "real" donde también convergen elementos
de debates tan universales como la confrontación ciencia y fe, que ponen de
manifiesto la necesidad humana de entender lo que le rodea de formas muy
diferentes. Es justamente ese carácter atemporal, una de las claves del
magnetismo de este film juntamente con el excelente dúo actoral en el que
se erige la película, lo que la convierte en una cinta realmente mágica.
Y es que aunque es innegable que "La Teoría del Todo" nos ofrece una versión deliberadamente
edulcorada de lo sucedido, (Como se pone en manifiesto sobretodo en los momentos más
comprometidos del guión) , su fuerza dramática, sigue constante durante todo el
ágil metraje y el melodrama nunca alcanza el sentimentalismo barato si no el de la ingenuidad del mejor cine clásico. A eso contribuye la dirección muy británica y aplicada de Marsh, pero básicamente, con lo que el film
se apoya es en dos factores: Primero, en el montaje ágil que alcanza su culminación en su brillante
primera hora. Y Segundo, como ya hemos mencionados en dos actores tan inspirados como
Felicity Jones y Eddie Redmayre.
NOTA: 8
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